Telescopios muertos revelan rasgos ocultos del cosmos con impresionantes nuevos retratos galácticos
Cuatro telescopios retirados están demostrando que ser viejo no significa ser inútil. Según destaca la NASA, las instantáneas son un tesoro que dan nuevos conocimientos sobre el comportamiento del polvo en las galaxias.
Cuatro misiones de telescopios ya retirados de la NASA y la ESA están ayudando a astrónomos a expandir el conocimiento que se tiene sobre el comportamiento del polvo en las galaxias. En concreto, los datos de las cuatro misiones retiradas han mostrado cómo las nubes de polvo llenan el espacio entre las estrellas en las galaxias, en nuevas imágenes compartidas por la NASA.
Según destaca la agencia en un comunicado, las instantáneas son un tesoro científico que dan una idea de lo dramáticamente que puede variar la densidad de las nubes de polvo dentro de una galaxia.
Los astrónomos afirman que el nuevo estudio, basado en las imágenes del ya retirado Observatorio Espacial Herschel, de la Agencia Espacial Europea (ESA) –un telescopio espacial que funcionó entre 2009 y 2013–, sobre el gas y el polvo que rodea a cuatro galaxias, todas ellas cercanas a nuestra Vía Láctea, proporcionará nueva información sobre la formación de estrellas.
«Estas imágenes mejoradas de Herschel nos muestran que los ‘ecosistemas’ de polvo en estas galaxias son muy dinámicos», dijo en el comunicado Christopher Clark, astrónomo del Space Science Telescope Institute de Maryland, que dirigió el trabajo para crear las nuevas imágenes.
Observatorio Espacial Herschel: calor de los objetos cósmicos
Los instrumentos fríos del telescopio infrarrojo Herschel eran lo suficientemente sensibles como para detectar longitudes de onda de luz que el ojo humano no puede, lo que permitió a los astrónomos observar el calor de los objetos cósmicos y mapear directamente las nubes frías de gas y polvo.
Pero aunque los mapas de polvo de Herschel revelaron intrincadas estructuras de nubes de polvo, las limitaciones del diseño del telescopio hicieron que se perdiera hasta un 30% de toda la luz emitida por el polvo.
Para ayudar a rellenar esas lagunas, los investigadores combinaron sus observaciones con datos de otras tres misiones retiradas: el observatorio Planck de la Agencia Espacial Europea, que se retiró en 2013, junto con el Satélite Astronómico Infrarrojo de la NASA, y el Explorador del Fondo Cósmico, que funcionaron en las décadas de 1980 y 1990.
Aunque todos los telescopios espaciales se retiran con el tiempo debido a fallos en sus componentes o a la falta de combustible, sus datos pueden persistir esencialmente para siempre, siempre que la información se mantenga adecuadamente en un archivo.
Las imágenes muestran la galaxia de Andrómeda, también conocida como M31; la galaxia Triangulum, o M33; y las Nubes de Magallanes Grande y Pequeña, galaxias enanas que orbitan alrededor de la Vía Láctea y que no tienen la estructura espiral de las galaxias Andrómeda y Triángulo. Los cuatro están a 3 millones de años luz de la Tierra, según el comunicado.
Mapear las nubes frías de gas y polvo
En las imágenes, el rojo indica gas hidrógeno, el elemento más común en el universo. El polvo más caliente, que emana cuando se forman las estrellas y calienta los granos de polvo, se muestra en azul.
En otras imágenes, los intensos vientos de las estrellas recién nacidas desprendieron el polvo y el gas circundantes, dando lugar a espacios vacíos. La luz verde que rodea esas burbujas indica el polvo frío amontonado, arrastrado por ese viento estelar, según la NASA.
«Entender el polvo es una parte esencial de la comprensión de nuestro universo», se lee en el comunicado.
El polvo cósmico que se acumula en las galaxias contiene muchos de los elementos químicos esenciales para la formación de estrellas, planetas, galaxias y la vida tal como la conocemos. Estos granos de polvo también pueden revelar algo sobre su entorno cósmico, ya que están constantemente moldeados por la explosión de estrellas, los vientos estelares y los efectos de la gravedad.