Mujer pierde a sus padres, esposo e hijo por la COVID-19: ninguno estaba vacunado
Desde el nieto hasta los abuelos se infectaron con el coronavirus en los últimos meses y murieron en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
La población de San Francesco al Campo, en Italia, ha quedado conmocionada por la muerte de una familia, en la que solo una mujer sobrevivió luego de un contagio masivo de COVID-19 entre los integrantes del grupo familiar. De cinco miembros, cuatro fallecieron en dos meses.
Desde el nieto hasta los abuelos se infectaron del coronavirus en los últimos meses y murieron en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Rinuccia fue la única que sobrevivió. “Cada uno toma sus propias decisiones”, sostuvo la mujer luego de confesar que ninguno de sus familiares, incluida ella, se había vacunado.
Según el diario español El Mundo, Mamma Rinuccia logró recuperarse de la infección en la familia. A ninguno de ellos se les aplicó las dosis de la vacuna contra la COVID-19, algunos no quisieron vacunarse por decisión propia.
El último en fallecer fue su esposo, Giuseppe Ferrero, de 69 años, quien en vida se dedicaba a la agricultura y a las tareas sociales en su comunidad. El hombre fue internado hace dos semanas y murió el último viernes por complicaciones de la enfermedad.
“Nadie tiene que juzgar las decisiones tomadas”, dijo el alcalde Diego Coriasco, sobre la tragedia ocurrida en su pueblo. “Todo el mundo se hace responsable de ello. Para nosotros, acaba de fallecer una familia que formaba parte de nuestra comunidad”, indicó.
Los padres de Rinuccia, Olga Goffi, de 94 años, y Maurizio Ghella, de 92, también murieron tras contagiarse con la variante ómicron que ha puesto al país en aprietos desde finales de diciembre. Su madre falleció de una neumonía, y su padre perdió la vida dos días después.
El hijo de Rinuccia, Marco Ferrero, de 42 años, murió el 6 de enero por la COVID-19, luego de mostrarse en contra de las vacunas anti-COVID-19, postura que no ocultaba entre su familia y amigos. Trabajaba de ascensorista y era muy activo en el deporte.
“No quiero hablar de las causas de la muerte de mi hijo por respeto a sus decisiones”, sostuvo Rinuccia a medios italianos. “No tengo nada que decir; siempre se inventan todo”, agregó.
En Italia son cada vez más duras las medidas contra las personas no vacunadas, a las que se les exige una prueba de vacunación o de recuperación reciente de COVID-19 para acceder a una serie de actividades recreativas, así como a servicios como el transporte público.
Italia, donde se registró el primer brote de Europa en febrero de 2020, ha inoculado al 86% de su población mayor de 12 años y ha administrado refuerzos a cerca del 60% de las personas elegibles.