El cantante R. Kelly fue declarado culpable de producir pornografía infantil
El cantante R. Kelly también fue condenado por otros tres cargos por captar a un menor para relaciones sexuales. Actualmente, cumple una pena de 30 años por abuso y tráfico sexual.
El cantante de R&B caído en desgracia R. Kelly, que cumple una condena de 30 años por delitos sexuales, fue declarado culpable de pornografía infantil este miércoles después de un juicio de un mes en su ciudad natal de Chicago (Estados Unidos).
Robert Sylvester Kelly, de 55 años, fue condenado por tres cargos de producción de pornografía infantil y otros tres por captar a un menor para relaciones sexuales, informó el Chicago Tribune.
El tres veces ganador del premio Grammy fue absuelto por un jurado federal de otros siete cargos, incluidos los de obstrucción a la justicia en un juicio anterior, dijo el periódico.
Él y dos exsocios estaban acusados de obstruir un juicio por pornografía infantil en 2008 en el que un jurado le declaró inocente.
El exrepresentante de Kelly Derrel McDavid y un antiguo empleado, Milton «June» Brown, también fueron absueltos el miércoles de los cargos de obstrucción.
Se les acusaba de haber amenazado y corrompido a una víctima que entonces no entregó su testimonio. Pero la mujer que tiene ahora 37 años se expresó este miércoles.
Las pruebas contra R. Kelly
Extractos de videos en los que se ven actos de violencia sexual cometida por R. Kelly contra adolescentes, una de ellas de 14 años, fueron mostrados durante el proceso.
El jurado de 12 personas demoró unas 11 horas para llegar a un veredicto, que podría sumar una fuerte condena a los 30 años de encarcelamiento que ya recibió el cantante en Nueva York en septiembre por reclutar a adolescentes y mujeres para practicar sexo.
En el caso de Nueva York, el cantante de «I Believe I Can Fly» fue declarado culpable de ocho cargos de tráfico sexual y uno de extorsión.
La condena de R. Kelly en Nueva York, la primera en un juicio en el que la mayoría de las partes civiles eran mujeres negras, se consideró un punto de inflexión en el movimiento #MeToo.
Los debates arrojaron luz sobre el «sistema» de R. Kelly para atraer a jovencitas y violarlas, con la complicidad de personas de su entorno.
Muchas víctimas contaron que habían conocido a su ídolo en un concierto y después alguien había deslizado un pequeño papel con los datos de contacto del cantante.
Aunque se les prometía hacer despegar su carrera musical, lo que sucedía era que se les «adoctrinaba» y forzaba a tener relaciones sexuales, mantenidas en un sistema «sórdido» bajo «medidas coercitivas», según la acusación.
También se le procesa en otros dos estados.