La Luna se está encogiendo y se pronostican terremotos en el lugar de aterrizaje de la NASA
Nuevas investigaciones revelan complejidades geológicas en el Polo Sur lunar, que advierten de la importancia de prepararse para la actividad sísmica antes de enviar astronautas a explorar el satélite natural de la Tierra.
La actividad sísmica en la Luna ofrece una ventana única para comprender la evolución de nuestro satélite natural. Un estudio liderado por el Instituto Smithsonian en Washington, basado en datos de la Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) de la NASA, revela que las regiones polares lunares experimentan tensiones globales que conducen a la deformación por contracción y la consiguiente actividad sísmica.
Este fenómeno se atribuye al enfriamiento gradual del interior lunar, un proceso que ha estado en marcha durante millones de años. Según los expertos, este enfriamiento está vinculado a la formación inicial de la Luna, que surgió de una colisión planetaria cataclísmica hace eones y ha estado perdiendo calor interno desde entonces. Se estima que su diámetro se ha reducido en 160 pies (48.768 metros) durante este proceso.
Los ‘moonquakes’ detectados, que son miles de fallas de empuje recientes en la corteza lunar, sugieren una conexión entre la contracción lunar, las fuerzas de marea terrestres y la actividad sísmica. Esta comprensión es fundamental para la planificación de misiones espaciales futuras, como Artemisa III de la NASA, que tiene como objetivo llevar a la primera mujer y al próximo hombre al Polo Sur lunar.
Los científicos advierten sobre el peligro potencial que representan los terremotos lunares poco profundos para la exploración robótica y humana en la Luna. Además, subrayan la importancia de recopilar más datos sísmicos para comprender mejor este riesgo y garantizar la seguridad de las misiones espaciales futuras.
Artemisa III no solo busca marcar un hito histórico al regresar a la Luna después de más de medio siglo, sino que también tiene como objetivo probar tecnologías clave para futuras misiones a Marte y más allá. Con un enfoque en la sostenibilidad y la exploración de recursos lunares, esta misión podría allanar el camino para una presencia humana a largo plazo en el espacio, abriendo nuevas fronteras en la exploración espacial.