La curiosa ciudad donde no existe la religión, la política, ni el dinero en efectivo
En Auroville no existe el dinero, el gobierno ni la religión, y acoge a personas de todas las nacionalidades.
Auroville: La Ciudad Experimental que Busca la Armonía Global
En el sur de India, se encuentra Auroville, una ciudad que despierta curiosidad por ser un experimento social y espiritual único en su tipo. Fundada en 1968 por Mirra Alfassa, conocida como «La Madre», esta comunidad se rige por principios poco convencionales: no hay dinero, gobierno ni religión, y acoge a personas de todas las nacionalidades.
Nombrada en honor al filósofo indio Sri Aurobindo, Auroville alberga a unas 3,300 personas de 52 países, con un variado mosaico cultural. Con una extensión de 2,000 hectáreas, la ciudad es un laboratorio de experimentación ecológica y urbanismo sostenible.
La ausencia de un gobierno podría sugerir anarquía, pero en realidad, las decisiones se toman por consenso, y la comunidad recibe una asignación anual del gobierno. Comités y grupos de trabajo se encargan de gestionar áreas como educación, economía, salud e infraestructura.
Una característica distintiva es la falta de dinero en efectivo. Los residentes reciben un salario mensual uniforme y todas las transacciones se realizan mediante cuentas comunitarias. Además, no hay propiedad privada; al mudarse, los habitantes ceden sus bienes a la comunidad.
En cuanto a lo espiritual, no hay credos establecidos, pero se espera que los residentes lleven una vida espiritual. La ciudad promueve la unidad y rechaza las divisiones religiosas, lo que podría no ser adecuado para quienes están fuertemente ligados a una religión específica.
El trabajo colectivo es esencial en Auroville. Han transformado un desierto en un bosque plantando millones de árboles y se esfuerzan por ser autosuficientes, cultivando el 50% de sus alimentos y utilizando energías renovables.
Reconocida por la Unesco y el Gobierno de India, Auroville se describe como «una ciudad que le pertenece a toda la humanidad». Sin embargo, enfrenta críticas y conflictos internos sobre desarrollo, economía y relaciones con comunidades locales, lo que refleja los desafíos de su camino hacia la armonía global.
A pesar de haber sido diseñada para albergar a 50,000 personas, actualmente cuenta con alrededor de 3,300 residentes. Auroville sigue siendo un experimento vivo en la búsqueda de una comunidad global en equilibrio, con el Matrimandir, un templo dorado para la meditación individual en silencio, como su icónico centro.