Enfermera narra difícil momento que vivió en los enfrentamientos en Cañas
‘’La policía donde nos veía nos atacaba más’’, comentó la mujer.
Cañas, fue escenario de fuertes enfrentamientos entre oficiales de la Fuerza Pública y los manifestantes la tarde de este jueves.
Muchas personas resultaron afectadas por la situación, una de ellas fue Lidieth, una enfermera de la Clínica de Tilarán quien vivió momentos de tensión y angustia cuando los gases lacrimógenos y piedras interrumpieron el camino hacia su casa de habitación.
“Fue una experiencia demasiado horrible y uno piensa que esto solo pasa en las películas o en Nicaragua, Venezuela y no parecía Costa Rica ni mucho menos mi barrio”, declaró la enfermera a Teletica.com.
La enfermera comentó que, al concluir su jornada en la clínica, escuchó rumores sobre el tenso ambiente que se vivía en Cañas a raíz de las manifestaciones. En ese momento sintió una gran necesidad de llegar a su casa donde su esposo y su hija la esperaban, además de conocer el estado de sus padres y hermana que viven al lado.
La angustia creció cuando Lidieth trataba de ponerse en contacto con su esposo y su hija pero se le cortaba la llamada.
“Yo vivo a 50 metros del puente peatonal y desde antes de salir de mi trabajo estoy preocupada por los antimotines que están cerca de mi casa. Veo fotos de los altercados en Facebook y mi hija de 15 años me decía que no fuera, pero yo trataba de llamar y se me cortaba, al igual con mi esposo, hasta que en un momento tengo señal, me entran fotos de mi esposo y logro leer «negra nos llevó puta»”, comentó.
Faltando 500 metros para llegar a su casa no pudo avanzar, un grupo de manifestantes le indicaron que no ingresara porque le podían hacer daño al carro y a ella. En ese momento rompió en llanto, se bajó del carro y se fue corriendo hacia su hogar.
“Iba en el carro abriendo paso porque no había, a 500 metros de mi casa veo mucha gente, es ahí donde me graban el video y cuando veo antimotines, lo único que hacía era llorar. Cuando fui por mi esposo no pude pasar porque no aguantaba los gases y la policía donde nos veía nos atacaba más, por eso yo caminé sola con las manos arriba y les gritaba que mi esposo estaba encerrado, un muchacho me agarró y también iba con los brazos arriba para que me dejaran sacar a mi esposo, pero cuando me faltaban 50 metros los vecinos me gritaron que mi esposo ya estaba saliendo”, narró.
La mujer comentó que gracias a la acción rápida de sus vecinos sus padres, dos adultos mayores de 84 años, se pusieron a salvo.
Su madre es ciega y padece de demencia senil, mientras que su padre es hipertenso, diabético y sufre de obesidad.
La enfermera comentó que hoy tuvo que sacar el día libre para limpiar porque todavía: “Se siente lo picante del humo y para sorpresa nuestra encontramos debajo de la cama de mis papás un gas lacrimógeno”.
Sus padres se encuentran fuera de peligro, pero producto de los gases presentan tos y les arden los ojos.