Mayor inclusión: Hospital de Turrialba cuenta con interpretadora y traductora Cabécar
Además, el nuevo hospital de la localidad contará con señalización en Cabécar para que esta población indígena no tenga problemas en el centro médico.
Costa Rica sigue dando pasos a la inclusión de las personas con algún tipo de discapacidad para hacerse una sociedad abierta a las capacidades y dificultades de todos sus habitantes, así como con las diferentes culturas que abarca nuestro territorio.
Traductora indígena en Turrialba
Es por ello que en el Hospital William Allen Taylor, en Turrialba, han contratado a Ericka Herrera Segura, una joven cabécar de 19 años de edad que tendrá la muy importante función de traducir e interpretar a doctores y pacientes de esta población indígena mutuamente.
Ericka labora desde hace un mes en esta institución y su labor es ser «puente de comunicación entre el personal del hospital y los pacientes indígenas» para brindar un servicio de calidad a los asegurados de esta importante población, según informa en un comunicado la Caja Costarricense de Seguro Social.
«Ella aprendió a hablar el español en un centro educativo de Grano de Oro del cantón de Turrialba orientada por su padre, Edwin Herrera, que la indujo a hablar y a escribir las dos lenguas. Reside en una comunidad que se llama Sinoli a la que se llega por trillos entre las montañas de Chirripó», reza el comunicado.
Los Cabécar son una de las principales comunidades atendidas en este centro médico y, según sus estadísticas, se atienden 145 indígenas de esta población en emergencias mensualmente, mientras ocupan el 62% de pacientes en pediatría.
Nuevo hospital también tendrá facilidades para los indígenas
En una sesión ordinaria de la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social confirmó la readjudicación de la construcción del nuevo hospital de esta localidad a la empresa constructora Van Der Laat y Jiménez, bajo la modalidad de entrega “llave en mano”.
Esta nueva sede del hospital de Turrialba se ubicará en el barrio La Susanita, en un terreno de 10 hectáreas y 40 mil metros de construcción y contará con señalización para que la población indígena de la localidad, los Cabecar, se puedan orientar sin problemas por las instalaciones.