Dragon Crew: cómo es la cápsula de SpaceX que lleva a los astronautas de la NASA al espacio
Tiene capacidad para 7 personas, butacas de cuero reclinable y el panel de control se redujo a tres pantallas táctiles.
Tras varios años de pruebas y reformas en su estructura, la Dragon 2 (también conocida como Crew Dragon) ya conduce astronautas hasta la Estación Espacial Internacional (EEI). Una de las características destacadas de esta cápsula es que sus suaves aterrizajes permiten volver a utilizarse en 10 ocasiones. Aunque tiene siete asientos, en el primer viaje sólo lleva dos ocupantes: se trata de los veteranos Doug Hurley y Bob Behnken.
La cápsula, de color blanco, con grandes ventanas ovaladas, tiene un compartimento delantero de 9,3 metros cúbicos, con forma de campana que está presurizado.
A continuación está el tronco, que está cubierto de paneles solares para proporcionan la energía de vuelo al Dragón. Este tronco, de 37 metros cúbicos, permanece unido hasta poco antes de volver a entrar en la atmósfera de la Tierra, donde se desprende. Estos dos módulos miden 4 metros de alto.
El interior es espacioso, con butacas de cuero reclinables. Sobre los asientos, hay un panel de control que consta de 3 pantallas táctiles que reemplaza a las clásicas botoneras. La nave también tiene una sección de baño con una cortina de privacidad. Posee un depósito que puede transportar hasta 3.300 kilos de carga útil a la EEI. En este viaje, no llevará ninguna carga, salvo algunos víveres y objetos pequeños.
SpaceX está construyendo dos versiones de estas cápsulas, una para misiones tripuladas (Dragon Crew) y otra para misiones de abastecimiento (Cargo Dragon). De momento, la NASA autorizó a reutilizar las naves de carga y no las de pasajeros. Pero esto podría cambiar en el futuro.
La fase previa de Crew Dragon se completó en marzo de 2019, cuando realizó la primera misión no tripulada, la DM-1 (Demo 1). La cápsula estuvo acoplada a la EEI durante cinco días y regresó a la Tierra con éxito. Sin embargo, nada hacía prever que el 20 de abril de 2019, iba a explotar por culpa de un fallo del sistema de presurización de los propulsores, obligando a posponer el primer vuelo tripulado.
Tras el accidente, SpaceX modificó elementos del sistema de propulsión abortiva de la nave. Los ingenieros reforzaron los elevadores de paracaídas para reducir el impacto sobre las cargas estructurales durante el descenso. La NASA también solicitó mejoras de seguridad para los tanques de presión de helio y los motores Merlin en los cohetes Falcon 9.
En el exterior, tiene cuatro módulos con 16 propulsores Draco asignados a orientar la nave espacial durante la misión, incluidas las maniobras de apogeo / perigeo, el ajuste de la órbita y el control de actitud. Cada propulsor Draco es capaz de generar 40.800 kilogramos fuerza en el vacío del espacio.
Dentro de cada cápsula también hay pares de motores SuperDraco que se pueden usar para aterrizar la nave al regresar a la Tierra o durante una situación de emergencia para abandonar la nave y alejarse del cohete Falcon 9 mientras vuela.
Una vez en órbita, Crew Dragon ha demostrado que puede conectarse de forma autónoma a la EEI, algo que parece insuficiente pero que ninguna nave lo ofrecía. Las embarcaciones emplean el brazo robótico Canadarm2 de la estación espacial, que es un medio no autónomo para conectar naves espaciales a la EEI.
La función autónoma de SpaceX puede permitir que el acoplamiento sea mucho más preciso. Sin embargo, hay una característica que permite a los pilotos conservar la capacidad de atracar al Dragón usando controles manuales en sus computadoras dentro de la estación del panel de control de la nave.
La agencia espacial dispondrá de su propio servicio de naves para viajar a la EEI y a órbitas bajas de la Tierra. De no mediar ningún conflicto, esta misión sentará las bases para la exploración futura de la Luna y Marte, a partir del programa Artemis, que conducirá a la primera mujer y el próximo hombre en la superficie lunar en 2024.