“¡Yo no la maté!”: El estremecedor grito del sospechoso que huyó tras el femicidio de su novia en Cartago
En el sitio del crimen, los agentes del OIJ encontraron cinco casquillos de bala.
Lo que comenzó como una noche tranquila para Lenin Rodríguez, terminó en la peor pesadilla de su vida. Su hija, Amaly Nicole Rodríguez Martínez, de apenas 18 años, fue asesinada a tiros en Los Diques, un precario en Taras de Cartago, y el principal sospechoso es su propio novio, un menor de 17 años.
El caso ha conmocionado a la opinión pública, no solo por la crueldad del crimen, sino también por la escalofriante escena que vivió el padre de la víctima, quien no solo presenció los últimos momentos de su hija, sino que también trasladó al hospital al supuesto agresor… sin saberlo del todo.
“¡Yo no la maté, yo no fui!”
La tragedia se desató pasadas las 10:30 p.m. del sábado, cuando se escucharon varias detonaciones cerca del antiguo taller Claudio Zúñiga. El estruendo alertó a los vecinos y también a Lenin, quien vive apenas a unas casas del lugar. Cuando salió a ver qué ocurría, lo que le dijeron lo dejó helado: su hija estaba herida de bala.
Al correr hacia la vivienda del novio de Amaly, la encontró tendida en una cama, cubierta de sangre, con un disparo en el rostro. Sin perder un segundo, la tomó en brazos con la ayuda de su hija mayor y la subió al taxi con el que trabaja, con la esperanza de llegar a tiempo al hospital. Lo que no esperaba era que el novio de su hija también se subiera al vehículo.
Durante el trayecto, el joven no dejaba de repetir una frase: “¡Yo no la maté, yo no fui!”… palabras que Lenin, en ese momento de desesperación, no logró asimilar del todo. Su único objetivo era salvar la vida de Amaly.
Huida en el hospital y sospechas confirmadas
Al llegar al Hospital Max Peralta, en Cartago, el padre ingresó corriendo a Emergencias con su hija en brazos, pero ya era demasiado tarde. La joven fue declarada sin signos vitales minutos después.
Mientras esto ocurría, el menor de edad que los acompañó hasta el hospital desapareció, lo que de inmediato levantó sospechas. Según confirmó Erick Calderón, director regional de la Fuerza Pública, el joven huyó del centro médico mientras el padre de la víctima intentaba salvarla.
“El menor tomó otro rumbo al llegar al hospital, y ya se ha emitido una alerta para localizarlo. Está plenamente identificado”, informó Calderón.
Un historial de advertencias
Según el testimonio de Lenin, él nunca aprobó la relación de su hija con el sospechoso, debido a que, según dijo, “sabía que andaba en cosas”. Pese a sus advertencias, la joven continuó la relación durante dos años.
Tras la escena en el hospital, las autoridades se movilizaron con rapidez, desplegando operativos tanto en Cartago como en San José, donde se presume que el menor podría estar escondido.
En el sitio del crimen, los agentes del OIJ encontraron cinco casquillos de bala, lo que respalda la teoría de que el ataque fue directo y con arma de fuego. De momento, las investigaciones se centran en dar con el paradero del joven y esclarecer los detalles del caso.
Un país en duelo
Con la muerte de Amaly, ya son 15 los femicidios registrados en lo que va del año en Costa Rica, una cifra que vuelve a encender las alarmas sobre la violencia de género y la necesidad urgente de mayor protección para las mujeres, especialmente las más jóvenes.
Este caso ha dejado una profunda herida en la comunidad de Taras y en todo el país. La imagen de un padre luchando por salvar a su hija mientras el presunto responsable huía, es una escena que Costa Rica no olvidará fácilmente.
Las autoridades piden a la ciudadanía colaborar con cualquier información que pueda llevar a la captura del sospechoso. Mientras tanto, una familia vela a una joven llena de sueños que fue arrancada violentamente de este mundo, y un país entero clama justicia.