Padre se quita la vida frente a la tumba de su hija
En Mercedes Norte de Heredia.
El dolor de perder a su hija hace casi dos años fue una pena insoportable para un padre herediano que decidió poner fin a su vida.
Frente a la tumba de su hija, María Patricia, en el cementerio de Mercedes Norte de Heredia, Gerardo Víquez Arce de 78 años apretó el gatillo directamente sobre su pecho.
La víctima ingresó al camposanto en compañía de algunos familiares, en determinado momento se les separó y el guarda del lugar también lo perdió de vista, informó Diario Extra.
A los pocos minutos se escuchó una detonación de lo que parecía un arma de fuego.
Comenzaron a buscar a Víquez y lo encontraron sin vida y con un balazo en el pecho dentro del cementerio.
El hombre quedó tendido en una acera cerca de una tapia y con una herida que sangraba bastante. Los familiares llamaron a la Cruz Roja y a la policía para resguardar la escena que de acuerdo a testigos dejó atónitos y asustados a los presentes.
Victor Rodríguez, cruzrojista que atendió a don Gerardo, indicó que al llegar al lugar no había nada que hacer.
“Nos despacharon para la atención de un herido de arma de fuego, al arribo había una unidad de servicio privado, lo revisamos y no presentaba signos de vida, tenía una lesión en el tórax. Se declara fallecido y se coordinó con la Fuerza Pública y la Policía Municipal, quienes llegaron y custodiaron la escena donde había un arma de fuego calibre 38”, narró el cruzrojista.
Padre amoroso y abuelo dedicado
Don Gerardo, era vecino de barrio Fátima en Heredia. Estaba pensionado y al parecer tenía problemas de depresión pero nunca dio señales de padecerla.
Era padre de cinco hijas, hace casi dos años una de ellas, María Patricia, falleció por razones que no trascendieron. Al parecer esta situación lo había afectado mucho.
Los familiares de Víquez no podían creer lo sucedido pues cuando llegaron al cementerio todo transcurrió de forma tranquila y nunca mostró intenciones de querer poner fin a su vida.
Las personas que lo conocieron, aseguran que don Gerardo era un padre amoroso y un abuelo dedicado además de un buen vecino.
Los agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) realizaron el levantamiento del cuerpo y decomisaron el revólver.