¡Nuevo hallazgo sacude el caso Rashab García! El carro del novio podría tener la clave final
¿El principio del fin para el principal sospechoso? OIJ encuentra inquietantes pistas en su pick-up.
Un vehículo lujoso, aparentemente inofensivo, podría convertirse en la pieza que conecte las partes sueltas de uno de los casos más sonados del país. Se trata de una camioneta RAM blanca, decomisada por las autoridades en el marco de la investigación por la desaparición de la modelo Rashab García Valverde, de 32 años, y su amigo Nelson Pavón Largaespada, de 34 años.
Créditos: Noticias Repretel
El pick-up, propiedad de José Bustos —conocido por el alias “Negro”—, fue localizado en la misma casa donde Rashab vivía junto a él desde enero de este año, en la zona de Orotina. Las autoridades presumen que en ese carro podrían haber transportado los cuerpos.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) ahora lo examina minuciosamente tras haber detectado en cámaras de seguridad que el vehículo habría sido utilizado en un trayecto que coincide con la ubicación donde recientemente fueron hallados restos humanos.
Aunque aún no se confirma que los restos pertenezcan a Rashab o Nelson, esta pista ha revitalizado el caso, que cada día se acerca más a ser catalogado oficialmente como un doble homicidio. La hipótesis del OIJ cobra fuerza gracias a pruebas encontradas en el domicilio del sospechoso, que apuntan a un crimen premeditado y posiblemente motivado por celos, según declaró el director de la Policía Judicial, Randall Zúñiga. Existe, además, una segunda posible causa del crimen que las autoridades mantienen en confidencialidad.
El panorama legal también se complica para Bustos, prestamista reconocido por la Policía y figura central en este caso, quien enfrenta el peso de las investigaciones junto a tres de sus guardaespaldas y un familiar cercano. Según el OIJ, estas personas habrían contado con un margen de 45 horas para encubrir todo rastro de los hechos antes de que las autoridades fueran alertadas.
El proceso avanza, pero la incertidumbre persiste. Por ahora, Costa Rica observa con atención y angustia cómo cada nueva evidencia podría ser la clave para finalmente saber qué pasó con Rashab y Nelson.