Lo vieron por última vez en la playa… y al día siguiente apareció sin vida tras robo de su vehículo
Taxista informal en Guanacaste fue asesinado por su propio carro: esto se sabe del caso.
La tranquilidad de Playa Avellanas en Santa Cruz, Guanacaste, se vio interrumpida este viernes 11 de abril tras el hallazgo del cuerpo sin vida de un hombre de 56 años, identificado como Alfaro. El descubrimiento lo hizo un surfista que frecuenta la zona, y desde entonces el caso ha generado conmoción en la comunidad local.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) confirmó que Alfaro presentaba una lesión contundente en la cabeza, lo que refuerza la hipótesis de un homicidio. Según datos preliminares, el hombre fue visto con vida por última vez el jueves alrededor de las 5:00 p.m., y desde entonces no hubo más contacto con él hasta que fue localizado sin signos vitales al día siguiente.
Las autoridades presumen que el crimen ocurrió con el fin de robarle el vehículo, el cual utilizaba para ofrecer servicios de transporte informal. El automóvil fue posteriormente encontrado en Pérez Zeledón, una distancia considerable de donde ocurrió el asesinato.
Ya fue devuelto a la familia de la víctima.
El cuerpo fue remitido a la morgue judicial para la respectiva autopsia, mientras que el OIJ de Santa Cruz se mantiene al frente de las investigaciones para determinar quién o quiénes están detrás de este crimen.
Guanacaste suma 20 homicidios en lo que va del año
Este caso se suma a la creciente preocupación por la violencia en el país. Hasta el jueves 10 de abril, Costa Rica acumulaba 254 homicidios, apenas uno menos que en el mismo periodo de 2024.
San José lidera las estadísticas con 85 asesinatos, seguido por Limón con 54 y Puntarenas con 39. Guanacaste, donde ocurrió este crimen, suma ya 20 homicidios en lo que va del 2025.
De acuerdo con los registros oficiales, el 87% de las víctimas son hombres, y el grupo más golpeado por la violencia se encuentra entre los 18 y 29 años. Además, más de la mitad de los asesinatos tienen relación con ajustes de cuentas o venganzas, lo que evidencia un entorno cada vez más hostil vinculado al crimen organizado.