La impactante carta de una madre cuyo hijo fue asesinado: su dura respuesta a los reos que exigen más derechos
Mientras tú visitas a tu hijo preso, yo le llevo flores al mío: la carta que abrió un debate nacional.
En medio de las recientes manifestaciones de familiares de reclusos, quienes exigen mejores condiciones carcelarias y la reubicación de los privados de libertad más cerca de sus hogares, ha surgido una carta que ha tocado fibras muy profundas en la ciudadanía.
Circulando de manera viral en grupos de WhatsApp, el mensaje proviene de una madre cuyo hijo fue víctima de un asesinato a manos de un delincuente. Con palabras cargadas de dolor y dignidad, esta mujer plantea una dura reflexión sobre el actual enfoque en los derechos de los reos frente al olvido que, a su parecer, sufren las víctimas y sus familias.
En su carta, la madre recuerda haber visto, a través de los medios de comunicación, las enérgicas protestas de mujeres reclamando por los derechos de sus hijos encarcelados. Habla de las dificultades económicas que esas madres enfrentan para visitarlos, pero también resalta una dura realidad: ella también vive una separación irreversible, pues su hijo yace en un cementerio, asesinado por el hijo de una de esas madres.
“Cuando tú abrazas a tu hijo en la cárcel, yo sólo puedo ponerle flores a mi hijo en su tumba”, expresa de forma contundente. La madre denuncia la paradoja de que, mientras lucha para mantener a su familia con un salario bajo, parte de sus impuestos termina sosteniendo la manutención en prisión del asesino de su hijo.
Además, señala la falta de acompañamiento que sufrió tras la tragedia. Mientras diversas ONGs, sindicatos y movimientos sociales respaldan a las familias de los reos, nadie, dice, acudió a brindarle palabras de consuelo o apoyo cuando perdió a su hijo.
La frase que cierra su carta, “¡Los derechos humanos son para los humanos derechos!”, ha encendido un debate sobre el verdadero equilibrio entre la protección de los derechos de los privados de libertad y el respeto, el reconocimiento y el apoyo que merecen las víctimas y sus familias.
Un tema de fondo que no puede ignorarse
El dolor expresado en esta carta refleja un tema de fondo que merece ser discutido con seriedad en Costa Rica: ¿Estamos dándoles el mismo valor a los derechos de las víctimas que a los de los victimarios?
La carta no busca negar los derechos básicos de quienes cumplen condena, sino poner sobre la mesa la necesidad de que también se reconozcan y respeten los derechos de las familias que han perdido a un ser querido por causa de la violencia.
Expertos en derechos humanos coinciden en que todo Estado debe garantizar la dignidad de las personas privadas de libertad. Sin embargo, también recalcan que es indispensable que exista un equilibrio en las políticas públicas, de manera que no se invisibilice el sufrimiento de quienes han visto sus vidas marcadas por la delincuencia.
Mientras tanto, en redes sociales, miles de costarricenses comparten la carta como un recordatorio de que la justicia y la empatía deben caminar de la mano en una sociedad que aspire verdaderamente a la paz.