Identifican a peatón que murió en la UCR tras caerle un árbol; era un estudiante de tan solo 23 años
Aguinaga, estudiante de Contaduría Pública, fue víctima de un accidente fatal en el campus Rodrigo Facio.
El campus de la Universidad de Costa Rica (UCR) se tiñó de luto tras la trágica muerte de Bryan Rubén Aguinaga, un joven estudiante de 23 años de la Facultad de Ciencias Económicas, quien perdió la vida el pasado 8 de noviembre debido a la caída de un árbol.
Aguinaga, estudiante de Contaduría Pública, fue víctima de un accidente fatal en el campus Rodrigo Facio, dejando en shock a la comunidad universitaria y generando un profundo pesar entre sus allegados.
La universidad, mediante un comunicado oficial, expresó su solidaridad y apoyo a la familia de Bryan, brindando asistencia en estos momentos difíciles. “Hemos conversado con sus padres y brindado toda la solidaridad y apoyo; como padre, me identifico con el dolor que pueden estar sintiendo,” expresó Gustavo Gutiérrez, rector de la UCR, reflejando el impacto emocional que el suceso ha generado en toda la institución.
Un desenlace fatal a las puertas de una intervención programada
Lo más triste del caso es que este accidente ocurrió justo antes de que la UCR iniciara una poda preventiva de árboles en la zona. Debido a las fuertes lluvias recientes y al riesgo que representaban ciertos árboles, la universidad había planificado la intervención de ocho eucaliptos en las cercanías de la Facultad de Derecho para los días sábado 9 y domingo 10 de noviembre. Una circular emitida el viernes notificaba sobre estas labores, programadas desde las 5 a.m. hasta las 5 p.m., en un esfuerzo por evitar accidentes y garantizar la seguridad en el campus.
La Comisión de Foresta Universitaria y la Regencia Forestal de la UCR recomendaron esta medida de forma urgente, especialmente después de la caída de otros eucaliptos en el área. La universidad había resaltado la necesidad de esta intervención debido a la peligrosidad de los árboles en condiciones inestables, buscando proteger tanto a los estudiantes como al personal que transita por la institución.
Este trágico incidente deja una marca profunda en la UCR y reabre el debate sobre la seguridad en los espacios universitarios, especialmente en contextos de fenómenos climáticos que pueden comprometer la estabilidad de la flora en áreas públicas.