Excura Mauricio Víquez descontará seis meses de prisión preventiva
Víquez es sospechoso de violación de menores.
El Juzgado Penal de Desamparados impuso seis meses de prisión preventiva contra el exsacerdote Mauricio Víquez Lizano, quien fue extraditado de México y llegó al país la tarde de este jueves.
El exsacerdote es sospechoso de cometer delitos sexuales contra cuatro hombres que, al momento de los hechos denunciados, eran menores de edad.
Este viernes a las 10:00 a.m. inició la audiencia para conocer las medidas cautelares y finalizó minutos antes de las 5:00 p.m.
El religioso deberá afrontar procesos por la presunta “comisión de los delitos de violación calificada, abuso sexual, corrupción agravada y difusión de pornografía en perjuicio de cuatro víctimas, menores de edad”, como se indica en el expediente 18-000854-0994-PE.
El expresbítero fue puesto a las órdenes de la Oficina Central Nacional (OCN) de la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) a las 6:25 a.m. del 6 de mayo anterior, la cual tuvo a su cargo el regreso del excura a Costa Rica por medio de un vuelo de la aerolínea Aeroméxico, que llegó a suelo nacional minutos después del mediodía.
A las 12:25 p.m. el religioso fue transportado en un vehículo Toyota Rav4 color azul, escoltado por una patrulla del Servicio de Vigilancia Aérea (SVA), desde el Aeropuerto Internacional Juan Santamaría, en Alajuela, hasta los tribunales del I Circuito Judicial en San José.
En ese lugar la Fiscalía Adjunta de Género tomó declaración indagatoria a Víquez, es decir le informó de los delitos por los que se le investiga y de la prueba con la que cuenta, hasta las 2:30 p.m. aproximadamente, indicó el Ministerio Público en un comunicado de prensa.
Luego el órgano acusador solicitó al Juzgado Penal de Desamparados efectuar la audiencia de medidas cautelares.
Al solicitar la prisión preventiva, la Fiscalía argumentó ante el tribunal que ninguna de las denuncias que se investigan ha prescrito.
Víquez Lizano fue expulsado por la Iglesia Católica en el mes de febrero anterior, luego de una recomendación que giró la Congregación para la Doctrina de la Fe, con sede en el Vaticano.