Estafador tico tenían un call center para llamar a gringos y robarles el dinero de sus cuentas con el timo que ganaron la lotería
Las pruebas presentadas en el juicio revelaron que la banda robó más de 4 millones de dólares a los afectados, en su mayoría personas mayores.
Un tico-estadounidense de 40 años, identificado por su apellido Roger, ha sido condenado por su participación en una sofisticada red de estafas que operaba desde Costa Rica. Este esquema fraudulento, que tenía como blanco a adultos mayores en Estados Unidos, utilizaba un centro de llamadas para engañar a las víctimas mediante falsas promesas de premios de sorteos inexistentes.
El jurado federal en Carolina del Norte encontró a Roger culpable de dirigir y ejecutar este plan, en el que él y sus cómplices se hacían pasar por funcionarios del gobierno estadounidense.
Las víctimas eran contactadas por teléfono y se les informaba que habían ganado un premio significativo, pero que debían realizar varios pagos por adelantado para cubrir impuestos, derechos de aduana y otras tarifas antes de recibir el supuesto premio.
Para ocultar sus identidades, los estafadores utilizaron tecnología de Voz sobre Protocolo de Internet (VoIP), lo que hacía parecer que las llamadas provenían de diferentes partes de EE.UU., como Washington, DC. De acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos, Roger no solo llamó personalmente a muchas de las víctimas, sino que también coordinó a otros miembros de la red para que siguieran el mismo esquema.
Las pruebas presentadas en el juicio revelaron que la banda robó más de 4 millones de dólares a los afectados, en su mayoría personas mayores, quienes transfirieron grandes sumas de dinero desde EE.UU. hacia cuentas en Costa Rica, creyendo que estaban a punto de cobrar sus premios.
Roger fue declarado culpable de varios cargos graves, incluyendo conspiración para cometer fraude postal y electrónico, fraude electrónico, conspiración para lavar dinero, y lavado de dinero internacional. Cada uno de estos delitos podría llevar una pena de hasta 25 años de prisión, y el total de los cargos podría sumar más de 300 años en prisión.
Aunque la fecha para la sentencia final aún no ha sido fijada, se espera que Roger enfrente una larga condena. La decisión final estará en manos de un juez federal de distrito, quien tomará en cuenta las pautas de sentencia de EE.UU. y otros factores legales para determinar cuántos años pasará tras las rejas.
Este caso ha sido investigado por varias agencias federales, incluidas la Oficina de Campo del FBI en Charlotte, el Servicio de Inspección Postal de los EE.UU. en Atlanta, y el Servicio de Investigación Criminal del IRS en Cincinnati. La fiscal general adjunta principal Nicole M. Argentieri y la fiscal federal Dena J. King lideraron la acusación, con el apoyo de inspectores y agentes especiales que contribuyeron a desmantelar esta compleja red de estafas.