¡Proeza! Médicos de la CCSS operan a bebé con espina bífida dentro del vientre de su mamá
Un equipo de especialistas del Hospital Nacional de Niños y del San Juan de Dios lograron intervenir con éxito la malformación del feto, a las 27 semanas de gestación.
Los hospitales San Juan de Dios (HSJD) y Nacional de Niños (HNN) realizaron, por primera vez en Costa Rica, una cirugía abierta prenatal para la reparación de un mielomeningocele lumbosacro.
Tras un diagnóstico oportuno y cuidadoso planeamiento, especialistas de ambos hospitales intervinieron quirúrgicamente a la madre y al bebé de 27 semanas de gestación con el objetivo de abordar la malformación congénita de este sin detener su desarrollo en el vientre materno.
La cirugía estuvo a cargo de cinco cirujanos especialistas, dos de ellos en medicina materno-fetal, uno en medicina fetal y dos en neurocirugía pediátrica.
La preparación de los cirujanos para realizar este tipo de cirugías requirió más de cinco años de capacitación tanto a nivel nacional como internacional, en establecimientos de salud de Barcelona, Londres, Chicago y Houston. Adicionalmente, para esta cirugía se contó con el apoyo de un centro especializado en este tipo de cirugía en México, dirigido por el neurocirujano Felipe Chavelas Ochoa.
La cirugía consiste en operar al bebé mediante la apertura del abdomen y el útero de la madre. Posteriormente, se repara la malformación congénita por parte del equipo de neurocirujanos y se concluye con el cierre del útero y el abdomen de la madre para que prosiga el embarazo.
El equipo de cirujanos fue liderado por el doctor Joaquín Bustillos Villavicencio, jefe del servicio de Obstetricia del San Juan de Dios y estuvo conformado por: la doctora Yai Linn Chang Castro, médica especialista en medicina fetal, el doctor Leonardo Jiménez Fernández, médico especialista en medicina materno fetal, ambos del HSJD, el doctor Adrián Cáceres Chacón, médico especialista en neurocirugía pediátrica y el doctor Juan Luis Segura Valverde, médico especialista en neurocirugía pediátrica, estos últimos del HNN.
El doctor Bustillos resaltó la importancia de esta operación para la calidad de vida del bebé.
“Con esta cirugía, este bebé puede mejorar su condición neurológica de tal forma que requiera menos intervenciones quirúrgicas después de nacer ya que se sabe por experiencia internacional que disminuye significativamente la posibilidad de desarrollar hidrocefalia e incluso podría haber una mejoría de la movilidad de las piernas y del control de la continencia urinaria o intestinal lo cual definitivamente va a impactar positivamente la calidad de vida”, agregó.
Además, añadió que el bebé “tiene menos probabilidades de requerir la colocación de una válvula para el control del exceso de líquido en el cerebro, lo cual se denomina hidrocefalia. Cuando operamos en el útero, muchas malformaciones del cerebro echan marcha atrás por lo cual además de disminuir la posibilidad de desarrollar hidrocefalia también se ha descrito una mejoría en la parte cognitiva, es decir mejora su desempeño intelectual”.
Todo lo utilizado en la operación fue libre de látex debido a que médicamente se ha demostrado que los fetos son sensibles al producto.
Este procedimiento quirúrgico tuvo una duración aproximada de tres horas, con más de 50 colaboradores en las diferentes etapas del proceso, distribuidos entre las áreas de: Ginecología, Perinatología, Neonatología, Cuidados Intensivos, Banco de Sangre, Anestesiología, Enfermería y Sala de Operaciones, de los hospitales San Juan de Dios y Nacional de Niños y del Centro Nacional de Resonancia Magnética.
El doctor Adrián Cáceres Chacón, neurocirujano de la Clínica de Espina Bífida (mielomeningocele) del hospital Nacional de Niños, enfatizó que Costa Rica es líder en investigación para la prevención de este tipo de defectos congénitos gracias al proyecto llamado Fortificación de Alimentos, con el cual el país añade ácido fólico a los nutrientes de toda la población.
“Se inició primero fortificando en 1997 la harina de trigo, posteriormente la de maíz, el arroz y, por último, los lácteos. Somos uno de los pocos países en el mundo que fortifica preventivamente cuatro nutrientes para la protección de toda la población” señaló.
Lo anterior es importante ya que, en su gran mayoría los defectos de cierre de tubo neural están asociados a deficiencia de ácido fólico y en menor medida a causas de tipo genética.
El procedimiento se realizó el pasado 12 de enero. Diez días después la madre
inició con labor de parto. Se le realizó una cesárea sin mayores complicaciones y el bebé fue ingresado para su evolución clínica al servicio de Neonatología del hospital San Juan de Dios. A la fecha la recuperación ha sido muy satisfactoria.