“No dejo de pensar en él”: dio a luz a 13 bebés por alquiler de vientre, pero entregó a uno gestado con su propio esposo
Carole Horlock es una mujer que alquiló su vientre y es conocida como «la más prolífica del mundo» después de tener 13 bebés para otras parejas. Pero lo que supone felicidad por poder superar algún impedimento de gestación, tiene un capítulo oscuro en su vida: uno de los hijos que tuvo resultó ser de su propio marido.
Carole dio a luz al bebé de 4 kilos en junio de 2004 por subrogación de vientre, creyendo que era el hijo de otra pareja, creado a partir de su óvulo pero con el esperma del marido de la otra mujer.
Sin embargo, la pareja llevó a cabo una prueba de ADN seis semanas después del nacimiento y descubrió que el bebé era de Paul, el esposo de Carole.
Ante semejante escenario de angustia y desconcierto, Carole y Paul acordaron que aún podían adoptarlo. Pero quedó devastada cuando se rompió el contacto con la otra pareja y ahora confiesa. «No dejo de pensar en él».
En la actualidad, la mujer oriunda de la región de Essex, Inglaterra, está en el Registro de contactos de adopción con la esperanza de que él quisiera conocerla cuando cumpla 18 este año.
Carole, cuyo logro se inscribió en el Guinness World Records, explica: “Estoy inmensamente orgullosa de mi carrera como madre subrogada y de tener 13 bebés que son amados por sus familias».
Y admite: “La subrogación me ha traído a mí y a las familias a las que ayudé una alegría inconmensurable, pero también me llevó a los momentos más oscuros de mi vida».
Más allá de lo maravilloso que significa el acto en sí, remarca que existe un lado sombrío cuando las cosas salen mal: «angustia, montaña rusa de emociones y un sabor devastador”.
El caso del bebé de Carol y Paul, hoy de 55 y 69 años, fue su novena experiencia. “Este niño pequeño fue gestado accidentalmente con un acto de amor entre mi pareja y yo», cuenta en el periódico Mirror.
Asegura que no lo sabía nada cuando lo entregaron, y al momento de enterarse y replantearse la situación al final decidieron dejar que se lo quedaran.
“La gente me pregunta cómo pude entregar este bebé si era mío, pero muchos de los bebés sustitutos que he dado han sido míos biológicamente», resalta Carol.
“La diferencia era que este niño también era de Paul. Ni un solo día dejamos de pensar en él. Vivimos con la esperanza de que esté pendiente de nosotros y, cuando cumpla 18 años, quiera vernos”, insiste sobre su objetivo.
En 2003, Carole aceptó convertirse en madre sustituta de una mujer del Reino Unido y se autoinseminó con esperma del marido empresario.
Como parte de la experiencia se aconseja a las madres sustitutas en lo posible no tener sexo hasta quedar embarazadas. «Jamás prometí que no tendría relaciones sexuales, pero mi esposo y yo tomamos precauciones”, se justifica.
Por supuesto que la noticia del embarazo llenó de alegría a la pareja que recurrió a ellos. Asistieron a los estudios médicos e incluso al parto. Carole, por ejemplo, se quedó incluso con ellos durante la semana siguiente.
Seis semanas después se desató el problema. Furioso, el supuesto padre llamó a la agencia de subrogación para quejarse porque una prueba de ADN demostró que el bebé no era suyo. Y una segunda prueba lo confirmó, remarca el medio británico.
“Fue una situación terrible para todos. Recuerdo haberle dicho repetidamente a la agencia de subrogación: ‘¿Lo quieren?'», revela. Y advierte para aquellos que no están tan informados: «Como madre sustituta, estás teniendo un bebé para otra persona: no creás un vínculo, no te preparás para que sea tu hijo. Durante nueve meses te distanciás mentalmente de la criatura«.
“Fue solo cuando cuidé a mis dos hijas después de su nacimiento que l}las amé como debe hacerlo una madre”, aporta Carol en la misma línea para comprender su papel en la historia.
Después de que el niño fuera adoptado por la pareja, Carole señala que se mantuvieron en contacto por correo durante algunos años. Pero “las relaciones se rompieron por completo” y las cartas cesaron.
“Estoy en contacto con casi todos mis bebés sustitutos, pero no con él. A medida que pasan los años pensamos en él todo el tiempo. Paul ha desarrollado una afección cardíaca y me rompería el corazón si nunca lo conociera”, suma dramatismo con un dato extra.
Tras recurrir a la tecnología, la mujer admite que encontró en las redes sociales una foto de él, de seis o siete años, en el perfil de Facebook de su madre. «Es una curiosidad natural si has creado un ser humano, no me pude contener», se justifica y lamenta no poder estar en contacto.
La meta de Carol y Paul ahora es esperar que en junio. “Cuando los bebés son adoptados, puedes registrar un interés y dejar una carta para que una vez que cumplan 18 puedan saber quién eres y si quieres contactarte», informa, y, claro está, esa misiva fue enviada. Solo resta esperar unos meses para ver si se puede escribir un capítulo más en esta fantástica historia.