Dos nuevas investigaciones señalan que la covid empezó en un mercado
La teoría de que el virus de la covid se escapó de un laboratorio chino –por negligencia o como arma biológica, según el sector conspirativo estadounidense– pierde un alto nivel de credibilidad a la luz de dos nuevos estudios.
En este par de documentos, expuestos en internet pero todavía no impresos en revistas científicas, investigadores de EE.UU. ofrecen más evidencias de que el coronavirus se originó en animales y se propagó a los humanos a finales del 2019 desde el mercado Huanan de la localidad china de Wuhan.
A partir del análisis de datos procedentes de diversas fuentes, estos extensos informes concluyen que animales silvestres vendidos en ese establecimiento pudieron albergar el virus y que este se propagó en dos oleadas a las personas que trabajaban o compraban ahí.
Ambos estudios indican, a su vez, que no han hallado apoyo alguno para la suposición alternativa de que se produjo una fuga de un laboratorio de esa localidad. “Cuando observas todas las pruebas juntas, el resultado es una imagen extraordinariamente clara de que la pandemia empezó en el mercado Huanan”, explicó al The New York Times , que avanzó la existencia de estos ensayos, Michael Worobey, biólogo evolutivo de la Universidad de Arizona y coautor de ambos estudios.
Los dos estudios centran el origen en la sección donde se vendían animales silvestres vivos
Unidas las dos investigaciones, sus resultados suponen una importante andanada sobre los orígenes de esta crisis sanitaria global que en poco más de dos años se ha cobrado casi seis millones de vidas y contagiado a unos 400 millones de personas a escala mundial.
Cómo y dónde se inició esta enfermedad se convirtió en la primera instrumentalización política de la covid en Estados Unidos, a la que luego acompañarían el uso de las mascarillas y de las vacunas.
El país con más cantidad de inmunógenos, y más fácil acceso, tiene el trágico peaje de ser el que dispone de más difuntos, una cifra que se aproxima al millón.
La hipótesis de que el origen se debió a la transmisión de los animales a los humanos es la primera que se ofreció, y el mercado de Huanan se convirtió en el sospechoso número uno.
A pesar de los resultados, ya hay quien sostiene que los datos no son concluyentes
Hubo científicos que objetaron de esa hipótesis ante la falta de pruebas. Zarandeado por el coronavirus, errático en la respuesta e incapaz de aceptar la dimensión del asunto, el entonces presidente, Donald Trump, estigmatizó la cuestión aludiendo siempre al “virus chino”. Y dio pábulo a la idea surgida en la extrema derecha de que, en realidad, el virus era una creación del régimen de Pekín para sembrar el caos internacional en su propio beneficio.
Ante la ausencia de unanimidad en la comunidad médica, poco a poco la bola se hizo más grande. Después del cambio de inquilino en la Casa Blanca, el presidente Joe Biden ordenó a los servicios de inteligencia en mayo del 2021 que realizaran una indagación para tratar de resolver las incógnitas.
Sin éxito. Los resultados se hicieron públicos a finales de agosto y la conclusión fue que no había conclusión.
Las agencias de inteligencia se mostraron divididas sobre si el inicio fue accidental en un laboratorio o procedió de animales. Sí se despejó la incógnita de que en ningún caso el coronavirus se desarrolló como un arma biológica y que había muy pocas probabilidades de que hubiera sido manipulado genéticamente.
Las dudas sobre el origen propiciaron una investigación de la inteligencia de EE.UU. que acabó sin éxito
Sin embargo, en la CNN, Worobey utilizó la expresión tenística de “juego, set y partido” para señalar la derrota de esa teoría. “Ya no es algo que tenga sentido imaginar que empezó de otra manera”, dijo sobre una transmisión de animales a humanos, como remarcan estos dos estudios. Uno indica que, a partir del análisis del espacio, se determinó que los primeros casos de covid se centraron en ese establecimiento de Wuhan.
Los investigadores también remarcan que muestras ambientales que dieron positivo para el virus (SARS-CoV-2) estaban fuertemente asociadas a vendedores de animales vivos.
El otro trabajo explica que los dos linajes virales principales fueron el resultado de al menos otros tantos momentos en que el virus cruzó de las especies animales a los humanos. Todo apunta que una primera transmisión se produjo a finales de noviembre o principios de diciembre del 2019. Según los autores del informe, el otro linaje probablemente se introdujo a las pocas semana del anterior.
Varios de los científicos implicados en estas nuevas investigaciones estaban detrás de un artículo publicado el pasado verano en el que expresaron su casi total certeza de que se originó en animales vivos en este mercado. Los dos nuevos trabajos proveen un nivel más alto en ese sentido y ofrecen pruebas mucho más contundentes de la zoonosis de la pandemia.
El meollo del asunto reside en que no existen pruebas directas sobre el mercado de Wuhan
Worobey se sirve de la metáfora de los fuegos artificiales disparados en ese mercado como punto de arranque. La mecha prendió a finales del 2019, y los positivos iniciales se detectaron en ese entorno. Luego la pirotecnia tuvo su traca diferida en enero o febrero del 2020, momento en que se descubrieron enfermos en barrios del vecindario antes de que se propagara por Wuhan.
Las autoridades chinas decretaron el cierre del mercado, y la policía ejecutó la orden el 1 de enero del 2020. Con independencia de que esas personas trabajaran ahí o no, los estudios establecen vínculos en cuanto a que los que no eran empleados visitaron el mercado o tenían alguna relación con comerciantes. Y, de manera específica, en los casos epidemiológicamente unidos al establecimiento, la mayoría se focalizaron en la sección de mamíferos vivos.
A medida que el coronavirus se extendió, la hipótesis del mercado de Huanan se debilitó. Pero los investigadores que lidera Worobey, mediante datos recogidos por científicos chinos, han creado mapas de afectación que para ellos no ofrecen dudas. “Existen unas fuertes pruebas estadísticas de que esto no es una coincidencia”, subrayó.
¿Fin del asunto? Pues no. Científicos que dudan de avalar la hipótesis del mercado aseguraron que siguen sin estar convencidos. Consideraron que puede ser verdad, tras leer estos informes, pero dudaron de la calidad de los datos, por la ausencia de pruebas directas, y cuestionaron que sea suficiente para descartar que otras posibilidades son falsas.
Fuerte descenso de los contagios entre niños
Los contagios de la covid en la población infantil se han dividido por 27 en cuatro semanas en Catalunya, según los datos publicados ayer en el portal DadesCovid. Si el 22 de enero la incidencia a siete días (IA7) alcanzó un pico de 7.605 casos por 100.000 habitantes en la franja de 0 a 9 años, el 23 de febrero –último día del que ayer había datos desglosados por edades– había bajado a 285. Después de la explosión de contagios registrada al principio del segundo trimestre, la población infantil ha dejado de ser el grupo de edad con una incidencia más alta de covid. En este momento el mayor número de casos se registra en la franja de 10 a 19 años (con una IA7 de 673), seguida de la de 20 a 29 (con 530). También los grupos de entre 30 y 49 años tienen ahora incidencias superiores a la de los niños