Dormía 15 horas al día y creía que era por su dieta vegetariana, pero en realidad tenía cáncer
“Todas las noches dormía hasta 12 horas, me despertaba solo dos horas y luego dormía una siesta de tres horas. Soy vegetariana, asumí que tenía anemia”, sostuvo la joven.
Cuando Jessica Mellor tenía 19 años y estudiaba en la Universidad de Leeds, en el Reino Unido, empezó a sentirse mareada y exhausta. Síntomas que la obligaron a dormir hasta 15 horas al día; sin embargo, ella pensó que se trataba de un cansancio mental por el estudio o por una deficiencia de hierro producto de su dieta vegetariana.
Al poco tiempo no soportó más ese letargo y fue al hospital para realizarse algunos chequeos. Tras los resultados, la joven fue diagnosticada con cáncer. “Nunca he sido una persona cansada, así que fue extraño para mí”, recordó Mellor en declaraciones al portal británico Metro.
“Todas las noches dormía hasta 12 horas, me despertaba solo dos horas y luego dormía una siesta de tres horas. Soy vegetariana, asumí que tenía anemia o tal vez me faltaba vitamina B12, nunca hubiera pensado que era algo tan grave”, afirmó.
“Fui a hacerme un análisis de sangre y me llamaron al día siguiente para decirme que mi recuento de glóbulos blancos era 10 veces mayor de lo que debería haber sido. Me dijeron que tenía leucemia mieloide crónica y que estaba en la etapa blástica, que es la más agresiva”, agregó.
Los médicos le informaron que tendría que estar internada en el hospital durante cinco meses mientras se sometía a dos sesiones diarias de quimioterapia. “No sabía cómo sentirme, era demasiado para asimilar. Sentí mucha frustración porque tuve que aplazar la universidad por un año y estaba atrapada en una habitación del hospital, así que me perdí muchas cosas”, contó a Metro UK.
Durante el tratamiento, la joven recibió un trasplante de células madre de su propia mamá , a quien solo veía una hora por día. Los expertos creen que el gesto de la progenitora salvó la vida de su hija.
Afortunadamente, el trasplante fue un éxito y Jessica, de 20 años, regresó a la universidad. Sin embargo, todavía tiene que someterse a quimioterapia oral y se ve obligada a vivir sola, ya que su bajo sistema inmunológico es un riesgo para su vida.
“Debo permanecer protegida porque si contraigo algún tipo de virus, de contagiarme coronavirus podría haber muerto porque por momentos no había glóbulos blancos en mi cuerpo para protegerme”, concluyó.
Actualmente, Jessica dedica su tiempo a la universidad y trabaja en varias asociaciones que se dedican a la concientización de donación de células madre para tratar el cáncer.