Ver a Rodrigo Chaves entre escoltas y fusiles inquieta a Óscar Arias y a Luis Guillermo Solís
Expresidentes criticaron que el mandatario se haga acompañar de hombres fuertemente armados en sus giras.
Y la gira que el mandatario Rodrigo Chaves Robles realiza por la zona sur sigue dando de qué hablar. Hace unos días Presidencia compartió una serie de fotografías y un video en los que se mira a Chaves custodiado por guardaespaldas fuertemente armados.
Las imágenes sorprendieron a la población ya que los custodios del presidente portan un arma que intimida a cualquiera. En entrevista con diario La Teja el experto en seguridad, Gerardo Castaing, aseguró que los fusiles parecen ser AR-15, que tienen un alcance efectivo de hasta 450 metros de distancia, y un alcance máximo de hasta kilómetro y medio.
La seguridad del presidente Chaves desató una ola de críticas en redes sociales y los exmandatarios de la República, Óscar Arias Sánchez y Luis Guillermo Solís, no se han quedado atrás y han expresado su molestia.
Arias Sánchez escribió en Twitter: “No representa la idiosincrasia costarricense. Es repulsivo”.
Mientras que Solís fue más allá y aseguró que sus guardaespaldas nunca necesitaron andar armados y mucho menos ocupó de carros blindados como los que ahora usa Chaves.
“Dice el señor presidente que ‘todos los días recibe amenazas de muerte’ y que eso justifica tener una seguridad ‘reforzada’. Yo nunca fui informado de alguna amenaza contra mi integridad o la de mi familia. Tampoco usé vehículos blindados ni para mí, ni para mi esposa. De hecho, no existía ninguno en la Presidencia en ese entonces”, dijo Solís.
“Mi escolta no portaba armas largas al acompañarme y las que se tenían iban en los vehículos, nunca visibles en público y mucho menos a mi alrededor por razones de seguridad para la ciudadanía y porque eran y me parece que siguen siendo innecesarias en un país civilista”, agregó.
Por último don Luis Guillermo indicó: “Lo que se percibe -a no ser que las amenazas cotidianas sean en verdad un peligro inminente para quien se dice ser el más popular de los presidentes en la historia reciente del país- es excesivo y no cae bien. Y menos, si pone en riesgo a terceros, se obliga a la escolta a extremar sus acciones y en particular, aumentar la velocidad en las vías o hacer alarde del porte de armas largas en actos públicos. Esa no es una buena práctica”.