Taiwán intensifica la caza de iguanas con recompensas para controlar su propagación
Una plaga en expansión
Las iguanas verdes, una especie exótica llegada a Taiwán hace más de dos décadas, han proliferado sin control en la isla, especialmente en el sur, donde encuentran un clima propicio para su reproducción. Lo que comenzó como una moda de mascotas exóticas se ha convertido en un problema ambiental y económico para los agricultores, quienes ven sus cultivos amenazados por estos reptiles.
Para frenar su avance, el gobierno de Taiwán ha intensificado su programa de control, ofreciendo recompensas económicas a cazadores que logren capturar a estos animales. En el condado de Pingtung, por ejemplo, se paga 500 nuevos dólares taiwaneses (aproximadamente 15 dólares) por cada iguana atrapada.
Cazadores al acecho
Wu Cheng-hua, uno de los cazadores que participa en la iniciativa, describe cómo, en los días de mayor éxito, pueden capturar hasta 300 iguanas. Sin embargo, en otras ocasiones, la caza es más difícil, logrando apenas una decena de ejemplares.
Los cazadores, armados con hondas, lazos y arpones de pesca, recorren las áreas boscosas en busca de los reptiles. Pero las iguanas no son presas fáciles: su agilidad y su capacidad para camuflarse entre la vegetación complican su captura.
El desafío de contener la invasión
Las autoridades han llevado a cabo programas de erradicación desde hace más de una década, pero el problema persiste. Se estima que en Taiwán hay al menos 200.000 iguanas verdes, y su número sigue creciendo a un ritmo preocupante.
Chen Tien-hsi, experto en fauna salvaje de la Universidad Nacional de Ciencias y Tecnologías de Pingtung, señala que las condiciones climáticas atípicas han favorecido la proliferación de la especie. Inviernos más cálidos y menos lluvias han aumentado la tasa de supervivencia de los ejemplares jóvenes, lo que ha provocado un crecimiento explosivo de la población.
Solo en el condado de Pingtung, el número de capturas ha pasado de unos pocos cientos por año a más de 48.000 en 2024. Sin embargo, el director general del departamento de Agricultura local, Cheng Yung-yu, advierte que se necesitan estrategias más efectivas para frenar el avance de la plaga.
Agricultores en pie de lucha
Para los agricultores como Cheng Hui-jung, la presencia de estos reptiles representa una grave amenaza. Sus cultivos de frijol rojo han sido devastados, a pesar de los esfuerzos por protegerlos con redes de pesca.
Las iguanas, que habitan en densos bosques de bambú cercanos a sus tierras, emergen durante el día para alimentarse de las plantas cultivadas. “Se mueven muy rápido y no podemos atraparlas”, comenta la agricultora con frustración.
Ante esta problemática, las autoridades han instado a los ciudadanos a sumarse a la caza, organizando programas de formación para que aprendan a capturar a estos animales de manera efectiva.
Debate sobre el método de control
La erradicación de las iguanas verdes no está exenta de controversia. Organizaciones defensoras de los derechos de los animales, como PETA, han solicitado que se busquen estrategias no letales para controlar la plaga o, en su defecto, que se minimice el sufrimiento de los reptiles al momento de sacrificarlos.
Algunos cazadores han propuesto el uso de armas de aire comprimido para hacer más eficiente y menos dolorosa la caza, pero esta medida aún no ha sido autorizada. Mientras tanto, las iguanas capturadas deben ser sacrificadas y almacenadas en congeladores hasta que el gobierno pueda proceder con su eliminación mediante incineración.
¿Una solución definitiva?
Aunque la caza de iguanas ha incrementado de manera considerable, los expertos coinciden en que es poco probable que la especie sea erradicada por completo. La velocidad de reproducción de estos reptiles hace que cualquier esfuerzo de control deba ser constante y coordinado a largo plazo.
El gobierno de Taiwán se enfrenta así a un dilema: encontrar un equilibrio entre la protección del ecosistema y la búsqueda de soluciones efectivas para evitar que esta especie invasora continúe causando estragos en la isla.