Ligia Madrigal revela las secuelas en su rostro tras conquistar el Everest
El desafío extremo de alcanzar la cima más alta del mundo
El 22 de mayo de 2024 quedó marcado en la historia del montañismo costarricense cuando Ligia Madrigal se convirtió en la primera mujer tica en alcanzar la cima del Monte Everest. Sin embargo, más allá de la hazaña, la expedición dejó huellas imborrables en su cuerpo, especialmente en su rostro, debido a las extremas condiciones climáticas.
A través de sus redes sociales, Madrigal compartió imágenes de su apariencia después de la travesía y reflexionó sobre cómo la belleza es subjetiva cuando se trata de alcanzar grandes objetivos.
El impacto del clima en su piel y cuerpo
El Everest, con sus 8.849 metros de altura, representa un reto que no solo exige preparación física y mental, sino que también pone a prueba la resistencia del cuerpo humano ante temperaturas extremadamente bajas.
“Mi piel estaba tan quemada que dolía y se fue oscureciendo con el tiempo. No era algo bonito de ver”, relató la escaladora en su publicación, acompañada de imágenes que muestran los efectos del intenso frío y la radiación solar en su rostro.
Además, reveló que su dispositivo Garmin marcó una temperatura de -36 grados el día de cumbre y que la falta de oxígeno y las condiciones del ascenso le hicieron perder nueve kilogramos.
Más allá de la apariencia: una lección de determinación
A pesar de las dificultades físicas, Madrigal expresó que, al regresar a Katmandú, su estado de ánimo era de absoluta felicidad y orgullo.
“La gente se me quedaba viendo y yo solo sonreía y les decía: ‘Everest’. Ellos me devolvían la sonrisa. Todo mi aspecto se explicaba con una sola palabra”, comentó.
Para la montañista costarricense, esta experiencia demuestra que el esfuerzo, la disciplina y la determinación son esenciales para superar cualquier desafío.
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Un mensaje de inspiración
Con su logro, Ligia Madrigal no solo hizo historia en el deporte costarricense, sino que también dejó un poderoso mensaje sobre la perseverancia y el sacrificio.
“La belleza es subjetiva”, afirmó, enfatizando que lo más importante es el camino recorrido y las metas alcanzadas, sin importar los sacrificios que se deban hacer en el proceso.