Arroz tico será preservado en la ‘’bóveda del fin del mundo’’
Es una instalación de almacenamiento de semillas a largo plazo, construida para resistir el paso del tiempo y el desafío de los desastres naturales o provocados por el ser humano.
Representantes de la Universidad de Costa Rica (UCR), depositarán hoy martes 25 de febrero 25.500 muestras de tres especies de arroz costarricense en la Bóveda Mundial de Semillas de Svalbard, en Noruega.
La bóveda, es una especie de Arca de Noé vegetal, construida en el Polo Norte para salvaguardar una copia de todas las plantas comestibles del mundo para hacerle frente a un hipotético desastre global.
Los miembros de la UCR, llevarán semillas de los arroces silvestres Oryza glumaepatula, Oryza latifolia y Oryza grandiglumis, que crecen en la zona norte del país en los humedales Medio Queso y Caño Negro y en otras áreas protegidas de Costa Rica.
Este será el segundo depósito de este tipo que realiza la UCR desde el 2015, cuando se firmó un acuerdo con el Ministerio de Agricultura y Alimentación de Noruega para el depósito y almacenamiento de las semillas.
“Desde el 2015, la Universidad de Costa Rica mantiene un convenio de colaboración con el gobierno noruego para el depósito de semillas de alto valor agroalimentario, de ahí es que este año se nos contactó porque expresaron el interés de que el arroz costarricense fuera depositado en la bóveda”, comentó Allan Meneses, científico del Centro de Investigación den Biología Celular y Molecular de la UCR.
En el mundo hay alrededor de 1700 bancos de semillas, pero la bóveda de Svalbard es la más famosa de todas. Fue construida en el interior de una montaña.
Entre sus paredes, almacenan 992032 muestras únicas de semillas de especies silvestres y variedades procedentes de casi todos los países del mundo.
“Svalbard, sobresale por ser el más grande reservorio de semillas para interés alimentario. La estructura que el gobierno noruego tiene está construida para garantizar que los efectos del cambio climático o algún evento mundial negativo no ponga en riesgo nuestra seguridad alimentaria y nutricional”, aseguró Meneses.
En el 2015, la UCR y el CATIE, depositaron en la bóveda seis especies de papa costarricense recolectadas en las partes altas del país.
En ambos casos las muestras permanecerán en la bóveda por 20 años, y solo podrán ser retiradas por autoridades ticas.
“Esto nos va a permitir resguardar en un lugar seguro plantas que crecen naturalmente y que, eventualmente, podrían estar sujetas a eventos climáticos y podríamos perderlas. Esto nos sirve como un respaldo”, indicó la investigadora Griselda Arrieta.
“Con el depósito de semillas, la Universidad de Costa Rica y otras 84 instituciones del mundo pretenden hacer un aporte valioso al resguardo de recursos filogenéticos de alto valor ecológico y agroalimentario para la humanidad y, así, alcanzar la meta #2 de los objetivos de desarrollo sostenible de la FAO denotada como “hambre cero””, informó la UCR mediante un comunicado de prensa.