La resurrección genética del ‘lobo terrible’ y otros animales extintos que la ciencia quiere devolver a la vida
Colossal Biosciences abre una nueva era en la biotecnología con el nacimiento de tres cachorros creados a partir de ADN ancestral
Un hito en la ingeniería genética: vuelven los ‘lobos terribles’
La historia de Rómulo, Remo y Khaleesi parece sacada de una novela de ciencia ficción, pero es completamente real. Colossal Biosciences, empresa estadounidense especializada en biotecnología, logró el nacimiento de tres cachorros que pertenecen a una especie extinta hace más de 10 mil años: el ‘lobo terrible’ (Aenocyon dirus).
Este logro fue presentado por la revista Time, que compartió imágenes e información exclusiva sobre estos animales, desarrollados gracias al uso de ADN fósil y una técnica de manipulación genética que permitió «revivir» el código de una especie desaparecida durante la Edad de Hielo.
Cómo lo hicieron: la ciencia detrás del milagro
Para devolver a la vida al lobo terrible, los investigadores primero analizaron restos fósiles encontrados en distintos puntos del continente americano. A partir de estos fragmentos, lograron secuenciar su genoma y establecer similitudes con el lobo gris actual, especie con la que comparten un ancestro común.
Sin embargo, no bastaba con tener el mapa genético. Los científicos introdujeron el ADN reconstruido en células compatibles y utilizaron perras domésticas como madres sustitutas, logrando así el nacimiento de tres crías con características propias de una especie extinta.
Este proceso, que combina ingeniería genética avanzada y clonación interespecífica, marca un antes y un después en la historia de la ciencia.
Criaturas inusuales: lo que sabemos de Rómulo, Remo y Khaleesi
Aunque a simple vista los cachorros podrían parecer perros comunes, los detalles cuentan otra historia. Rómulo y Remo, con apenas seis meses de edad, ya alcanzan 1.20 metros de altura y pesan más de 36 kilos. Los científicos estiman que, en su edad adulta, podrían llegar a medir hasta 1.80 metros y pesar cerca de 68 kilos.
Además de su imponente tamaño, presentan una característica que los diferencia aún más de otros cánidos: no muestran interés alguno por socializar con humanos. Incluso sus cuidadores tienen grandes dificultades para interactuar con ellos, ya que su instinto salvaje permanece intacto.
Más allá del lobo: los otros proyectos de «des-extinción»
Colossal no se detiene en el lobo terrible. La compañía también trabaja en traer de vuelta otras especies emblemáticas, incluyendo:
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El mamut lanudo: utilizando elefantes asiáticos como base genética, buscan recrear un híbrido que recupere características del coloso ártico extinto hace 4 mil años.
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El dodo: símbolo de la extinción causada por la intervención humana, este ave endémica de Isla Mauricio podría volver a surcar los bosques del océano Índico.
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El tilacino (o tigre de Tasmania): un marsupial carnívoro desaparecido en el siglo XX que la empresa espera reintroducir en Australia.
Con estos planes en marcha, Colossal abre un debate profundo sobre los límites de la ciencia, la ética de intervenir en la evolución natural y el impacto ecológico de revivir especies.
Un futuro que combina pasado y biotecnología
Aunque algunos científicos celebran estos avances como una forma de reparar daños ecológicos y enriquecer la biodiversidad, otros alertan sobre los riesgos de alterar ecosistemas modernos con especies prehistóricas.
Lo que es indiscutible es que la ingeniería genética está cambiando la forma en que entendemos la extinción, y Colossal Biosciences se perfila como una de las empresas pioneras en esta nueva frontera de la biología.