José María Rico a Laura Chinchilla: “Mientras tu recuerdes por mí, seguiré viviendo.”
Laura Chinchilla compartió en Facebook, el mensaje que dedicó a José María Rico para su misa de novenario.
0
Publicado: abril 28, 2019
Tras la muerte de su esposo el pasado 15 de abril, Laura Chinchilla compartió en Facebook, el mensaje que dedicó a José María Rico para su misa de novenario.
Queridos amigos, queridas amigas:No tengo forma posible que logre expresar con la suficiente elocuencia mi agradecimiento y el de mi familia ante los innumerables gestos de solidaridad que nos han acompañado en todos estos días de dolor y que han logrado revestir los mismos de un dulce consuelo.En los mensajes que hemos recibido, han abundado los pensamientos que lo recuerdan a él por su generosidad y su jovialidad. Por ese intenso amor por la vida que lo recogió en sus poemas más tempranos cuando proclamaba:
“Yo quiero vivirhasta que la luna se caigay aplaste a las hormigas en sus hoyospara entonces quedarme dormidopensando en el brillo de las estrellas,donde tu estarás, siempre a mi lado.”
La alegría de vivir que caracterizó a José María era tal que hacía posible borrar barreras y acortar distancias, como la distancia de los 25 años que lo separaban de mi, o de los 62 años que lo separaban de nuestro hijo. A ambos se nos entregó con amor y vitalidad desbordantes, al igual que lo hizo con sus hijos mayores -Natalie, Beatriz y Sergio- y con sus nietos.
Así como inició la conquista de mi corazón con claveles rojos, poemas y buena cocina, así también siguió nutriendo nuestra relación de casi 30 años; en los últimos tiempos cuando por razones de su enfermedad, la memoria le jugaba malas pasadas, no faltaban los constantes cortejos declarándome su amor o, ante el involuntario olvido, solicitándome matrimonio de nuevo; todo ello, con el mismo brillo y picardía que siempre reflejaban sus ojos.
Hoy repaso sus versos y sus palabras de entonces replican en mi, como las que me escribió hace 25 años:¿Qué puedo ofrecerte con este amorque me araña el corazón tan dulcemente?¿Una vida ya gastaday que va poco a poco hacia su ocaso,un conjunto de huesos y de venas aún rugientespero que pronto encontrarán su natural destino,un bosque sin ramas y sin pájaros,un mar atormentado en la noche de mi otoño?¿O quizás esta luz transparenteque pasa ante mis ojos cada vez que te pienso,esta ternura escondida que hacia ti se derramaeste vuelo de alondras que incesante te busca,esta sangre encendida que desea la tuya,este latir sin pausa en procura de tu alma?Todo ello te ofrezco a cambio de nada:Mi amor, mi ternura, mi bosque, mi sangre, mi mar, mi recuerdo,y también mi nostalgia de ayeren esta tarde repleta de añoranzas.”Su amor lo expresó de múltiples maneras, como cuando al intuir mis inquietudes políticas, me convenció de la necesidad de abrigar un proyecto con contenido, porque eso de la política por la política misma nunca lo comprendió. Fue así como se convirtió en mi maestro y mentor en los temas de seguridad y policía sobre los cuales, ya para entonces, había nutrido toda una escuela de pensamiento a nivel internacional.
El fue la persona detrás de los programas que en Costa Rica nos permitieron establecer una carrera policial, asentar una doctrina fundada en los valores democráticos, diseñar un programa de capacitación para garantizar su profesionalización, introducir innovaciones en su actuación y finalmente levantar la hermosa y digna infraestructura que hoy aloja la Escuela Nacional de Policía en Pococí de Limón.Cuando ya avanzada mi carrera política y convencido de la inevitable vorágine que eso supondría para la familia, decidió renunciar anticipadamente al trabajo que más disfrutó como docente del Departamento de Criminología de la Universidad de Montreal.La igualdad de género no fue para él una consigna, sino una vivencia cotidiana de la cual no sólo me beneficié yo, sino toda nuestra familia: mis padres quienes se ganaron un yerno que no supuso un choque generacional; María quien tuvo por patrón a alguien que la apoyó y alentó y de quien aprendió muchos de los secretos de la buena cocina; y nuestro hijo, quien heredó su talante tranquilo, sus conocimientos mitológicos y musicales, su sentido lógico y académico, y sus hermosas espadas de madera que él mismo le fabricaba. Ese hijo a quien llamaba “currillo” y a quien al nacer le dedicó el poema:“A mi hijo en su cuna de madera”, aconsejándole tiernamente…“Guarda, hijo mío,esa inocencia tuya de ahoraque -en este momento lo comprendo-nunca se fue completamentede estos ojos míos que hoy te miran, sosegadosvigilando tu sueño pequeño”
Esa entrega y disfrute de las cosas pequeñas, domésticas, cotidianas, es lo que ha hecho que en estos días, los mensajes que más han resonado son los de cajeras de supermercados, dependientes de lavanderías y farmacias, y profesoras de escuela y colegio.
Su amor por la vida y espíritu libre, lo llevaron también a residir y sentir como suyos los cuatro países en que se asentó -España, Francia, Canadá y Costa Rica-, y cuando alguien le preguntaba cuál era su verdadera patria, citando a Séneca les recordaba que mi ““patria es el mundo”, porque es cualquier lugar en donde me sienta bien.”
Aunque siempre sospeché que Andalucía, su “patria chica” como la llamaba, fue la tierra que más amó. La tierra de sus padres y de su querido hermano Paco quien rivalizaba en generosidad y le superaba en sentido del humor; de la compañía de ellos tres ha de estar gozando hoy. Por eso quisimos vestir de algo andaluz esta ceremonia, y quizás por eso también, uno de sus más cercanos amigos, después de recordar con una amplia sonrisa sus aventuras compartidas por el mundo, se despidió de “ese gran compañero e inolvidable amigo,” diciéndole “descansa en paz caballero Andaluz.”
Amigos, amigas:Hace tan sólo 10 días, se cerraban lenta y apaciblemente sus ojos, esos que la copla española evoca como: “ojos verdes, verdes como la albahaca, verdes como el trigo verde y el verde, verde limón.” Esos ojos que, sin embargo, nunca se cerrarán para mi. Como tampoco cesarán los recuerdos.
Unos meses atrás, en uno de esos momentos de lucidez sobre su enfermedad que nunca tomó con dramatismo, me dijo: “Mientras tu recuerdes por mí, seguiré viviendo.” Estoy segura de que no solamente seguirá viviendo en mi, también lo hará en los hermosos recuerdos que muchos de ustedes conservarán de él en sus corazones.Laura Chinchilla M.
Comentarios de Facebook