Ginnés Rodríguez habla sobre su futuro en el amor
A poco más de un año desde la partida de su esposo Gerardo Zamora, la periodista y presentadora Ginnés Rodríguez ha compartido sus pensamientos sobre el amor y el futuro de su vida sentimental. En una reciente entrevista con La Teja, Rodríguez habló abiertamente sobre cómo enfrenta este proceso y si considera la posibilidad de abrir su corazón nuevamente.
Actualmente, Ginnés mantiene una postura firme sobre el tema: «Todavía me siento casada. Sigo usando mis anillos de compromiso y matrimonio porque aún estoy en pleno proceso de duelo». La periodista confesó que su prioridad en este momento es centrarse en su recuperación emocional y en sus hijos, dejando claro que, por ahora, no está disponible para nuevas relaciones.
A pesar de que en redes sociales recibe numerosos halagos y piropos de admiradores, Ginnés no les presta demasiada atención. “Mucha gente me dice: ‘Uy, qué montón de admiradores’, pero la verdad ni los noto. No estoy buscando, así que no me fijo en eso, y con mi tiempo limitado apenas reviso los mensajes de personas que conozco”, comentó.
Aunque en este momento no se siente necesitada de una nueva relación, Ginnés deja su futuro en manos de Dios. «Si en algún momento Dios me manda a alguien que esté a la altura de lo que fue Gera, podría ser bienvenido. Pero por ahora no lo necesito ni lo busco», dijo, refiriéndose al alto estándar que dejó su fallecido esposo.
Para Ginnés, su enfoque principal es su propio crecimiento personal. “Estoy trabajando en ser la mejor versión de mí misma, en sanar muchas cosas y en seguir adelante”, explicó. «Si algún día llega alguien, quiero estar en mi mejor momento para ser una buena compañía, pero si la vida decide que debo seguir sola, seré mi mejor compañía».
Por ahora, Ginnés Rodríguez se siente cómoda con su soledad, enfocada en su proceso de duelo y en seguir mejorando como persona, dejando abierta la posibilidad de que, si en algún momento llega alguien especial, lo aceptaría como parte de un plan mayor.
FUENTE LA TEJA