Desmantelan red criminal que robaba combustible y ganaba ₡400 millones al mes
Desmantelan banda de robo de combustible: ganaban hasta ₡400 millones mensuales
Una organización criminal, conocida como «Petro-Coca», fue desarticulada tras una operación llevada a cabo por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ). Esta red ilícita, liderada por un hombre apodado «Macho Coca», tenía como fuente de ingresos el robo de combustible en el puerto de Moín, Limón.
El modus operandi de la banda
El grupo criminal se dedicaba a interceptar buques de combustible que atracaban en Moín, extrayendo grandes cantidades de hidrocarburos. Según Randall Zúñiga, director del OIJ, la magnitud de los robos permitía llenar hasta cinco camiones cisterna al mes, lo que les generaba ganancias que oscilaban entre ₡300 y ₡400 millones mensuales.
Detenciones clave y decomisos
En el operativo, se logró la captura de dos miembros de la banda. Entre ellos, un hombre de 61 años apellidado Bell, alias «Macho Coca», y otro individuo de 33 años apellidado Hide. Además, las autoridades confiscaron una variedad de bienes, incluyendo armas de fuego, cocaína, autobuses, vagonetas, y camiones cisterna, todos usados en las operaciones ilegales de la banda.
Durante las redadas, se allanaron varias propiedades, entre ellas cuatro terrenos, un hotel y varias residencias. En estos sitios se encontraron tanques de almacenamiento, mangueras de alta presión, dispensadores de combustible y maquinaria especializada para realizar las conexiones ilegales.
Denuncia de Recope y participación de las autoridades
La intervención fue posible gracias a una denuncia presentada por Recope, cuya presidenta, Karla Montero, explicó que habían conformado un equipo especializado para detectar patrones irregulares en el manejo de combustible cerca de la terminal de Moín. Montero señaló que las pruebas obtenidas por este equipo fueron clave para que las autoridades pudieran proceder con los allanamientos.
Una de las principales preocupaciones del caso es el riesgo ambiental, ya que las tomas ilegales estaban ubicadas cerca del río Bartolo, donde las mangueras se conectaban al poliducto de Recope. Esto representaba un alto riesgo de contaminación en la zona.
Un largo proceso investigativo
La investigación en torno a la banda había comenzado meses antes, cuando las autoridades realizaron demoliciones en áreas donde sospechaban que existía una estructura ilegal intermedia entre los buques y los depósitos de Recope. Finalmente, la operación «Petro-Coca» resultó en la captura de los principales responsables y la incautación de las herramientas utilizadas en sus actividades delictivas.