Clima y demanda energética ponen en riesgo el suministro eléctrico en el país
Costa Rica podría enfrentar racionamientos eléctricos este año: alerta de la Auditoría del ICE
Un reciente informe de la Auditoría Interna del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) pone en evidencia los riesgos de posibles racionamientos eléctricos en Costa Rica, derivados de factores climáticos adversos y debilidades en la gestión de riesgos estratégicos de la institución.
Principales advertencias del informe
El documento, identificado como oficio 0020-269-2024, advierte que la combinación de un aumento inesperado en la demanda energética y condiciones meteorológicas desfavorables podría comprometer el suministro eléctrico en el corto y mediano plazo. Según el análisis:
- Impacto del clima: Las variaciones climáticas afectan las plantas de generación renovable, reduciendo la confiabilidad y continuidad del suministro.
- Débil capacidad térmica: La generación térmica firme ha disminuido drásticamente, pasando de un 22% en 2013 a un 11% en 2023.
- Gestión deficiente del riesgo climático: El informe subraya que el ICE no está abordando de manera adecuada los riesgos asociados al cambio climático en su planificación estratégica.
Reducción de la capacidad térmica: un desafío crítico
La disminución de la participación de plantas térmicas en la matriz energética del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) se presenta como una de las principales preocupaciones. Mientras que en 2013 las plantas térmicas representaban una proporción significativa del suministro eléctrico, en la última década su rol ha sido minimizado, dejando al sistema más dependiente de fuentes renovables, sensibles a la variabilidad climática.
La Auditoría Interna destaca que esta estrategia podría ser inadecuada frente al aumento en la demanda energética. “La Gerencia de Electricidad no está entendiendo ni gestionando el riesgo climático como se hace a nivel mundial”, señala el documento.
Recomendaciones y acciones urgentes
El informe sugiere que el ICE debe implementar medidas inmediatas para fortalecer la planificación estratégica y operativa. Entre las principales acciones recomendadas se encuentran:
- Incrementar la capacidad de generación térmica para suplir la creciente demanda en situaciones críticas.
- Mejorar la gestión del riesgo climático mediante herramientas de análisis avanzadas y metodologías internacionales.
- Asegurar una diversificación equilibrada en la matriz energética, que permita enfrentar mejor las fluctuaciones climáticas.