Aumento de víctimas colaterales por sicarios en 2024: 8 niños entre las víctimas fatales
El 2024 cerró con un aumento en el número de víctimas colaterales de ataques perpetrados por sicarios en Costa Rica, según datos del Organismo de Investigación Judicial (OIJ). Entre las víctimas se registraron 8 menores de edad, lo que refleja un alarmante incremento en comparación con el año anterior.
Incremento en cifras preocupantes
Durante los últimos 12 meses, el OIJ documentó 54 muertes de personas que no eran el objetivo principal de los ataques, superando las 52 registradas en el 2023. Estas víctimas colaterales son definidas como aquellas cuya muerte ocurre como consecuencia no intencional de un acto violento dirigido hacia otra persona.
El director del OIJ, Randall Zúñiga, expresó preocupación por las cifras, especialmente por los menores afectados. «Lamentablemente, este año tuvimos 8 menores fallecidos por esta causa, frente a 6 del año pasado. De esos, 7 eran niños y 1 era una niña», detalló.
Historias de tragedias familiares
Caso de Alajuelita: Un disparo en Navidad
El 25 de diciembre, un ataque en Alajuelita dejó como víctima a Kilian Ramírez Madrigal, de 9 años. El menor fue alcanzado por un proyectil cuando un hombre conocido como “Chavo” disparó contra una vivienda tras un altercado con uno de sus ocupantes.
Batán: El sacrificio de un niño por salvar a su madre
En agosto, Ian Chacón, de 11 años, murió tras quedar atrapado en un ataque dirigido al novio de su madre, apodado “Popeye”. El menor intentó proteger a su madre embarazada cuando un grupo armado irrumpió en su casa y abrió fuego. Pese a los esfuerzos médicos, Ian falleció tras tres cirugías en el Hospital Nacional de Niños.
Los inocentes en la línea de fuego
Del total de víctimas colaterales en el 2024, 42 eran hombres y 12 mujeres que no tenían vínculo alguno con los actos delictivos. Estos hechos destacan la necesidad de reforzar las medidas de seguridad y control de armas, así como de intensificar los esfuerzos para desarticular redes criminales en el país.
“La tendencia es similar a la de años anteriores, pero la implicación de menores y familias completas muestra un nivel de impacto emocional y social que no podemos ignorar”, agregó Zúñiga.
Llamado a la acción
La creciente violencia requiere respuestas contundentes por parte de las autoridades y la sociedad civil. Desde programas educativos hasta medidas preventivas en zonas vulnerables, cada acción puede marcar la diferencia para evitar que más inocentes sean víctimas del sicariato en Costa Rica.