Sri Lanka: Al menos 207 muertos en atentados contra iglesias y hoteles de lujo
Las iglesias Santuario de San Antonio, en Colombo, y la de San Sebastián, ambas frecuentadas por turistas extranjeros, fueron blancos de los ataques. También los hoteles Cinnamon Grand, Shangri-La y Kingsbury
Al menos 207 personas murieron y cientos resultaron heridas en ocho explosiones que golpearon iglesias y hoteles el domingo en Sri Lanka, según las autoridades, en el peor episodio de violencia en el país del sur de Asia desde el final de su guerra civil hace una década.
La policía impuso un toque de queda y realizó una redada a las afueras de Colombo, donde se produjeron las últimas detonaciones.
Después de que la policía entrara en la localidad de Dematagoda se registraron al menos dos explosiones, al parecer cuando los ocupantes de una vivienda detonaron explosivos para evitar su arresto.
El ministro de Defensa, Ruwan Wijewardena, describió los ataques como terrorismo y los atribuyó a extremistas religiosos. El primer ministro, Ranil Wickremesinghe, expresó su temor a que la violencia pudiera desencadenar inestabilidad en el país y su economía.
Desde el final de los 26 años de guerra civil, en los que los Tigres de Tamil, un grupo rebelde insurgente de la minoría étnica tamil, buscaban la independencia de la mayoría budista de etnia sinhala, se han producido brotes esporádicos de violencia étnica y religiosa.
La fachada de la iglesia San Antonio también fue afectada durante el ataque. (EFE).
Pero la escala de los sucesos del domingo recordaba a los peores días de la guerra, en la que los Tigres de Tamil y otros grupos rebeldes atacaron el Banco Central, un centro comercial, un templo budista y hoteles populares entre los turistas.
Nadie se atribuyó la responsabilidad de las explosiones.
Las autoridades sospechaban que dos de las detonaciones eran obra de atacantes suicidas, indicó la fuente de seguridad, que habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizada a hablar con la prensa. Entre los muertos había feligreses y huéspedes de hotel.
El Hospital Nacional recibió 47 cadáveres, incluidos los de nueve personas extranjeras, y atendía a más de 200 heridos, indicó el doctor Samindi Samarakoon, portavoz del centro.
AFP.
Gobiernos de todo el mundo condenaron los ataques, y el papa Francisco incluyó una mención a la masacre al final de su mensaje tradicional del Domingo de Resurrección.
Horas más tarde se registraron otras dos explosiones a las afueras de la capital, según el brigada Atapattu, portavoz del Ejército de Sri Lanka. Una de las detonaciones ocurrió en una casa de huéspedes de Dehiwala, donde murieron al menos dos personas. La octava fue en Dematagoda, a las afueras de Colombo.
Los trabajadores locales del sector turístico estaban conmocionados por los ataques.
“Después de tantos años hemos empezado otra vez”, dijo Gamini Francis, empleado de un hotel. “Mucha gente va a perder su trabajo. Estoy un 100% seguro. Gente loca matando a gente inocente”.
El interior de la iglesia San Sebastián. (EFE).
Los tres hoteles y una de las iglesias, el Santuario de San Antonio, en Colombo, eran frecuentados por turistas extranjeros.
Imágenes de televisión mostraban daños en los hoteles Cinnamon Grand, Shangri-La y Kingsbury.
El restaurante en la segunda planta del Shangri-La parecía destrozado por la explosión, con el techo y las ventanas reventados. Se veían cables sueltos colgando y mesas volcadas en el local, que quedó teñido de negro.