‘’Sacerdote me violaba y hacía ver cómo atacaba a otras niñas’’, asegura víctima de los Legionarios de Cristo.
Curas de la organización fundada por Marial Maciel abusaron sexualmente de centenares de niños entre 1941 y 2019, y pese a las denuncias, asignaron a uno de sus religiosos para dirigir un colegio.
Cada seis años, la Legión de Cristo se reúne por ocho semanas en Roma por estas fechas para reestructurar su organización, teñida por incontables denuncias de violación sexual no solo protagonizadas por su fundador Marcial Maciel, sino por otros sacerdotes.
Uno de ellos es Fernando Martínez, denunciado públicamente por las mujeres a las que ultrajó cuando dirigía el Instituto Cumbres de Cancún (México) en 1991.
Biani López Antúnez, una de sus víctimas, le contó a BBC su trágica historia bajo el yugo de los Legionarios de Cristo.
‘’Martínez fue ganándose nuestra confianza y aumentando sus abusos gradualmente. Empezó con besos en la mejilla y que cada vez nos los daba más ceca de la boca, como de forma accidental. Y así, fue subiendo de tono, con abusos más graves, hasta que llegó a violarnos. Lo hizo en múltiples ocasiones’’, cuenta la mujer de 37 años, que ahora destaca como museógrafa.
Cabe resaltar que Biani llegó a dicha escuela en 1991, el mismo año en que el cura Fernando Martínez reconoció tener denuncias por abuso sexual a niños de otros colegios en Ciudad de México y Saltillo, y pese a ello, la Legión de Cristo le asignó un trabajo rodeado de menores.
‘’Estaba coludido con una maestra, que sacaba a un grupo de tres niñas de nuestros salones de clases y nos llevaba a la dirección o a la capilla. Allí, cerraban las cortinas, las puertas y nos hacía todo tipo de cosas horribles’’, continúa Biani López.
‘’A veces nos hacía leer la biblia, nos daba hostias o jugaba con los símbolos sagrados para distraernos y confundirnos y poder abusar de nosotros. Las niñas salíamos llorando y nadie decía nada. A mí me abusó durante dos años, desde que tenía 8 años hasta los 10. Además, me hacía ver cómo abusaba de otras niñas’’, concluye.