Pareja mantuvo a 10 personas esclavizadas en la casa de los horrores del Reino Unido
Las víctimas de Tancos y Gomulska describieron que vivían en una casa de 3 habitaciones, compartían un baño y dormían en colchones sucios, y se quedaban encerrados cuando la pareja salía.
Una pareja mantuvo a personas vulnerables como esclavas y las obligó a hacer un trabajo por valor de casi £ 1 millón de forma gratuita. Después de 12 años, por fin los responsables están pagando por su crimen.
Maros Tancos y Joanna Gomulska, ambos de 46 años, fueron los cabecillas de una operación moderna de trata de personas y esclavitud en Bristol, Reino Unido. Convencieron a decenas de personas vulnerables para que viajaran desde Eslovaquia a trabajar para ellos en un lavado de autos de la ciudad.
De acuerdo con los investigadores de la Agencia Nacional del Crimen (NCA), quienes descubrieron todo lo sucedido, Tancos usó sus vínculos con orfanatos y campamentos en Eslovaquia para reclutar víctimas, a quienes les prometió transporte, un lugar para vivir, comida y una vida mejor.
A las personas se les dijo que mantendrían la mitad de sus salarios cada mes, mientras que la otra mitad se destinaría a alimentos y costos de vida. Sin embargo, al llegar, estuvieron viviendo miserias en la casa de tres habitaciones de la pareja en Brentry Lane, Bristol, y obligadas a trabajar gratis.
En las declaraciones, manifestaron que los encerraron en la casa y les quitaron documentos de identidad y teléfonos móviles. Solo los podían tener cuando fueran necesarios para aplicaciones como números de Seguro Nacional o cuentas bancarias. Gomulska acompañaba a las víctimas a las citas y actuaba como intérprete antes de tomar sus tarjetas bancarias y números pin.
Las víctimas trabajaban en el negocio de lavado de autos de Tancos durante el día y luego se las enviaba a otros trabajos por la noche. Estos incluían atrapar pollos, empacar leche o clasificar paquetes.
Los investigadores de la NCA encontraron que Tancos y Gomulska no pagaron un mínimo de £ 923.835 en salarios a los afectados, eso tomando en cuenta un pago del salario mínimo durante ocho horas al día.
La pareja también transfirió casi £ 300.000 de las cuentas de sus víctimas ganadas mientras laboran en lugares secundarios. Todo el dinero se gastó en el costo de vida de Tancos y Gomulska, juegos de azar en línea o en casinos y en autos de segunda mano.
Las víctimas dijeron que Tancos era violento con ellas, y algunas describieron haber sido amenazadas o golpeadas. Confesaron que estaban demasiado asustados para salir de la propiedad y en muchas ocasiones estaban encerrados adentro.
Los oficiales de la NCA iniciaron una investigación en 2017 y rastrearon los delitos de Tancos y Gomulska hasta 2010. La pareja se mantuvo bajo vigilancia mientras transportaban a sus víctimas hacia y desde el lavado de autos y hacia otros lugares manuales alrededor de Bristol.
Un total de 42 víctimas fueron entrevistadas por agentes especialistas y 29 declararon ante los tribunales los abusos que sufrieron. Las víctimas describieron su tiempo con los acusados como “catastrófico” y afirmaron que fueron humillados, golpeados y castigados por Tancos.
Otra describió su regreso a Eslovaquia cuando quedó embarazada, y su hijo nació desnutrido y sufrió ataques epilépticos porque no tenía dinero para traer del Reino Unido para comprar comida. Una víctima describió la casa como una “puerta al infierno” y dijo que no se les permitía salir.
“Lo único que sabía era trabajo. Todo el tiempo estuve pensando que era un esclavo allí. Pensé que no había vuelta atrás”, contaron.
Tancos y Gomulska negaron todo, pero luego de un juicio que duró casi tres meses y con evidencia de 15 víctimas, fueron condenados en abril de 2022. El primero recibió 16 años de prisión y ella, nueve años.
El comandante de la rama de la NCA, Colin Williams, dijo: “Nuestra investigación ha puesto a estos dos crueles abusadores tras las rejas durante mucho tiempo. Las víctimas vulnerables de Tancos y Gomulska fueron mantenidas prisioneras y tratadas con total desprecio, a pesar de las promesas de una vida mejor en el Reino Unido. Los testimonios de las víctimas mostraron las cicatrices mentales y físicas que aún tienen por el trato que les dio la pareja”.
El juez elogió al equipo de NCA por su trabajo.