Papa Francisco se ausenta del inicio de la Cuaresma debido a su estado de salud
El Pontífice continúa en observación médica en Roma
El papa Francisco no participará en la celebración del Miércoles de Ceniza, marcando así su ausencia en el inicio de la Cuaresma debido a los problemas de salud que lo han mantenido hospitalizado desde el pasado 14 de febrero.
Según el informe más reciente del Vaticano, el estado del Sumo Pontífice sigue siendo estable, aunque su recuperación es monitoreada de cerca. A pesar de haber descansado bien durante la noche, los médicos han optado por mantenerlo bajo supervisión médica estricta, utilizando una máscara de oxígeno para facilitar su respiración.
El Papa y su historial de salud
Francisco, de 87 años, ha enfrentado varios problemas médicos en los últimos años. En 2022, ya había tenido que ausentarse de las ceremonias del Miércoles de Ceniza debido a un fuerte dolor en la rodilla. Además, ha sido sometido a intervenciones quirúrgicas y ha lidiado con afecciones respiratorias previas.
La doble neumonía que lo aqueja actualmente ha requerido atención hospitalaria constante, aunque los informes médicos descartan complicaciones graves como insuficiencia respiratoria o broncoespasmos.
La Cuaresma sin el Papa: ¿cómo afecta su ausencia?
El Miércoles de Ceniza es una de las fechas más importantes en el calendario católico, ya que marca el inicio de los 40 días de preparación para la Semana Santa. Tradicionalmente, el Papa preside una misa especial donde los fieles reciben cruces de ceniza en la frente, un acto simbólico que representa penitencia y reflexión.
En esta ocasión, el Papa Francisco tampoco podrá participar en los ejercicios espirituales que cada año realiza junto con la Curia Romana, el personal y la administración del Vaticano.
Expectativas sobre su recuperación
Si bien el Vaticano no ha emitido una fecha estimada para el alta médica, se espera que el Papa continúe con tratamiento y reposo en los próximos días. Su evolución determinará si podrá retomar sus actividades públicas antes de la llegada de la Semana Santa.
Mientras tanto, el mundo católico sigue de cerca su estado de salud, esperando su pronta recuperación para que pueda seguir guiando a la Iglesia en este período litúrgico tan significativo.