Italia se prepara para «resistir seis meses» luchando contra el rebrote del coronavirus
El relajamiento de las medidas de protección aviva el riesgo de una nueva ola de contagios.
Aunque este domingo se logró el récord de solo 3 fallecidos en 24 horas que se agregan a 35.045 muertos, con 219 nuevos contagiados de coronavirus, crece la alarma entre científicos y gobernantes porque el comportamiento popular de relajamiento de las medidas de aislamiento e higiene ponen en peligro la drástica disminución de la pandemia en Italia, que entre febrero y mayo fue el país más castigado de Europa.
“Las internaciones prosiguen y hay camas de terapia intensiva de nuevo ocupadas. El virus es el mismo, lo que pasa es que aprendimos mucho a curar a los enfermos. Además los internados ahora son más jóvenes porque violan las medidas de seguridad. Tenemos que resistir seis meses más, el peligro de una recaída es enorme”, afirma el profesor Massimo Andreoli, director de Enfermedades Infecciosas en la Universidad de Tor Vergata de Roma.
La estrategia italiana es seguir profundizando la lucha contra los nuevos brotes que se presentan todos los días y aumentar los controles de identificación de nuevos contagiados y de aislamiento rígido.
El consejero del ministro de Salud Pública Walter Ricciardi sostiene que es necesario aumentar los controles, pero también aplicar en serio las multas y otras sanciones, no bajar la guardia. “Arriesgamos terminar como Cataluña o Israel. Si los focos de pandemia crecen de número y volumen podemos perder el control. Hasta tendríamos que crear zonas rojas en los lugares de veraneo donde terminaríamos entrampados”, declaró.
En agosto se espera que llegará al máximo el número de italianos en el mar y la montaña, con una ausencia de turistas extranjeros que ha puesto en agonía, además, a las ciudades de arte. El peligro se concentra en las playas y en los lugares de diversión de miles y miles de jóvenes que quieren juntarse y bailar de noche aunque se los prohíban.
Sin vuelta atrás
Pero Italia no puede volver atrás con las medidas rígidas de cuarentena que se aplicaron durante la peor oleada de la pandemia, en marzo, abril y mayo, con buenos resultados.
“El país no puede permitírselo”, asegura la viceministra de salud Sandra Zampa. La economía se ha derrumbado con una caida del 11,2% del la riqueza nacional y una pérdida de consumos que ahora ha disminuido un poco pero supera el 30%. Son los peores datos en toda la Unión Europea de 27 países.
Médicos y científicos lanzan continuas advertencias sobre el peligro de una nueva oleada de contagios cuando se aproxima, en setiembre-octubre el otoño e invierno boreales. Zampa afirma que “es mucho más eficaz y sostenible la opción de zonas rojas en cualquier territorio en dificultad con intervenciones limitadas e inmediatas”.
Hasta ahora estas intervenciones han evitado la difusión de los focos evitando las clausuras generalizadas que pondrían aún más de rodillas a la economía. Si es necesario se prolongará el estado de emergencia hasta fines de año.
El profesor Andreoni señala que los métodos de detección permiten controlar mejor a los asintomáticos, que contagian sin saberlo. “El problema es que en toda Italia crece el número de asintomáticos», advierte.
Hasta ahora la pandemia se difunde entre los más jóvenes, que son más fuertes, “pero si no logramos ser más incisivos las infecciones llegarán a los más frágiles y será un gran problema. El virus no ha modificado sus características”, afirma Andreoni, que es también el director de la Sociedad Italiana de Enfermedades Infectivas.
El científico explicó que “hemos aprendido a internar antes a los pacientes, para evitar que se agraven. Esto ayuda pero las señales que tenemos de un recrudecimiento de la pandemia preocupa mucho”.
Estas señales provienen “de la menor atención de los ciudadanos”.
Ansiedad por la vacuna
“Debemos gestionar el período que nos separa de las vacunas, resistir al menos seis meses”, sostiene Andreoni. “Estamos usando el Remdesivir, que da buenos resultados con los enfermos en fases más avanzadas. Ahora lo utilizamos lo antes posible por son importantes los efectos del virus en la fase inicial. Pero hay que ser honestos: en el mundo no tenemos aún una terapia eficaz. Hemos mejorado la estrategia, pero tenemos dificultad en controlar la enfermedad en los casos más graves. El Remdsevir es eficaz pero no resolutivo”.
Se espera cada vez con mas ansiedad la vacuna. “En estos momentos hay tres vacunas en una fase avanzada de experimentación. Pero mientras esperamos que llegue hay que tener mucho cuidado si no queremos vernos obligados a volver a la cuarentena rígida, al aislamiento, que es la única garantía de evitar la movilidad del virus», explica el experto.
En las playas veraniegas es constante la lucha para impedir los amontonamientos de gente. Pero sigue preocupando más las movidas bulliciosas, violentas, que este fin de semana se hicieron sangrientas en Roma y Milán. En el barrio dei Navigli, centro de la movida milanesa, estalló una feroz pelea con lanzamiento de botellazos, que involucró a un grupo de paquistaníes. En la noche de este domingo. Dos de ellos sufrieron graves heridas causadas por botellas utilizadas como armas y están internados con sus vidas en peligro en los hospital de Niguarda y el Policlínico en código rojo.
En la zona de la Dársena hubo que cerrar los locales abiertos mientras los clientes huían de los desórdenes.
En Roma, otra vez hubo enfrentamientos entre grupos violentos en el tradicional barrio del Trastevere y en la zona de Plaza Bolonia, pero la presencia masiva de carabineros y policías evitó que los enfrentamientos causaran más daños.
Descontrol en la noche
Una novedad lamentable es la de los grupos que a la noche salen de movida borrachos escupiendo en las puertas, ventanas y lugares de concentración de gente en el Trastevere, promoviendo la difusión del virus Covid 19.
En vía del Mandrione, la policía interrumpió un baile naturalmente clandestino (las fiestas están prohibidas en toda Italia) sin barbijos ni mantenimiento de las distancias de seguridad. El local fue cerrado y 80 personas fueron identificadas y multadas.
Sábado y domingo resultaron dos noches de desórdenes continuados en los barrios tradicionales de la movida romana. Además de varias plazas del Trastevere y media docena de locales cerrados por cinco dias y multas saladas, la policía también debió actuar con fatiga hasta bien entrada la madrugada en la zona de San Lorenzo del céntrico barrio Monti, especialmente en la escala del Tamburino, plena de gente amontona. Las grúas municipales se llevaron un centenar de autos que impedían el tránsito normal. Otra característica de estas movidas de estilo canalla es bloquear con vehículos mal estacionados la vía publica, que en el centro de Roma paralizan fácilmente los vericuetos de las callejuelas.
Casos importados
Un problema mayúsculo es el de los contagiados en el extranjero, que hace crecer los reclamos de que todos los viajeros que lleguen a los aeropuertos internacionales de Roma y Milán, pero también a los otros que funcionan en la península, sean sometidos a controles de hisopados nasofaríngeos para evitar nuevos contagios.
Hay docenas de casos que están obligando a esfuerzos renovados para detectar a posibles infectados. El último caso grave, que obligó a crear una zona roja, fue en Savona, ciudad de región septentrional de Liguria (capital Génova). Hay ya más de mil personas obligadas a la cuarentena y centenares de nuevos controles en curso. La causa fue un brote en un restaurante japones de sushi. Los contagiados son hasta ahora 28 entre ellos el campeón olímpico italiano de natación Matteo Aicardi, hospitalizado en Albenga, junto con tres enfermeros del hospital local de Savona también contaminados.
El gobernador de Ligura, Giovanni Toti, lanzó un llamado a la población. “El virus circula todavía, es necesaria la cautela”. El número de obligados a la cuarentena es alto porque el restaurante poseía, como es obligatorio, el registro de los clientes y sus teléfonos. Todos fueron sometidos a los hisopados y enviados puestos en el llamado “lockdown” obligatorio en sus casas.