Iglesia Católica advierte sobre riesgo de que El Salvador se convierta en «una gran cárcel internacional»
Jerarcas eclesiásticos expresan su preocupación por acuerdos migratorios que podrían transformar al país en un centro de detención al servicio de Estados Unidos.
Llamado al gobierno: evitar repetir el modelo de Guantánamo
Desde el púlpito y con firmeza, la Iglesia Católica salvadoreña alzó la voz este domingo para pedir al gobierno que no permita que el país se transforme en “una gran cárcel internacional”, esto en referencia a los recientes acuerdos migratorios alcanzados entre el presidente Nayib Bukele y el expresidente estadounidense Donald Trump.
La preocupación surgió luego de que se hiciera pública la alianza que permite a Estados Unidos trasladar cientos de deportados, en su mayoría venezolanos, hacia una megacárcel salvadoreña con espacio para hasta 40.000 reclusos.
Un acuerdo que genera debate y tensión social
El presidente Bukele, considerado uno de los principales aliados de Trump en temas de seguridad y control migratorio, ha mostrado su disposición para respaldar las políticas estadounidenses en el combate a la migración irregular.
«Nos están ayudando. Se lo agradecemos», expresó Trump durante un encuentro bilateral en la Casa Blanca, destacando el apoyo de El Salvador en esta nueva estrategia.
Sin embargo, voces críticas como la del arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, han advertido que estos convenios podrían replicar modelos como el de Guantánamo, una prisión ubicada en suelo cubano utilizada por Estados Unidos para retener a sospechosos sin proceso judicial tradicional.
Preocupación humanitaria y soberanía nacional
El arzobispo salvadoreño fue enfático al señalar que, si bien el gobierno podría tener buenas intenciones, como negociar mejores condiciones para los migrantes salvadoreños en Estados Unidos, convertir al país en una cárcel extranjera no sería una decisión conveniente ni ética.
«A ningún país le conviene ser cárcel de otros países o de otro país, menos de un país tan grande como es Estados Unidos», subrayó Escobar Alas durante su intervención pública.
La preocupación también se extiende al impacto social y económico que este tipo de acuerdos podría tener en la nación centroamericana, así como al potencial estigma internacional que podría cargar El Salvador si termina desempeñando el papel de “cárcel subcontratada”.
Remesas, migración y economía: un vínculo delicado
El trasfondo de esta situación no es menor. Actualmente, 2,5 millones de salvadoreños residen en Estados Unidos y constituyen uno de los pilares de la economía nacional a través de las remesas, que representan aproximadamente el 23% del Producto Interno Bruto (PIB).
Este vínculo económico hace que el tema migratorio sea especialmente sensible para las familias salvadoreñas, muchas de las cuales dependen de ese flujo de dinero para subsistir.