Grave derrame de petróleo en el Mar Negro deja más de 30 cetáceos muertos
El Mar Negro enfrenta una crisis ambiental sin precedentes tras el naufragio de dos petroleros rusos a mediados de diciembre. El incidente ha provocado un derrame masivo de petróleo que ha cobrado la vida de más de 30 cetáceos y generado una catástrofe ecológica que afecta tanto a la fauna marina como a las costas de la región.
Detalles del incidente: un derrame de gran magnitud
El 15 de diciembre, dos petroleros rusos, considerados obsoletos, quedaron atrapados en una tormenta en el estrecho de Kerch, que conecta Rusia con la península de Crimea. Estas embarcaciones transportaban 9.200 toneladas de fuel, de las cuales al menos un 40% se habría vertido al mar, según estimaciones iniciales.
El tipo de combustible derramado, conocido por ser altamente denso y pesado, ha dificultado los esfuerzos de limpieza, ya que no flota en la superficie del agua, complicando aún más la contención de esta marea negra.
Impacto en la fauna marina: cetáceos entre las principales víctimas
La organización rusa Delpha, especializada en la conservación marina, reportó que al menos 61 cetáceos han sido encontrados muertos desde el incidente, de los cuales 32 fallecieron tras el derrame.
“Las cifras son alarmantes y fuera de lo común. La condición de los cadáveres sugiere que la mayoría de estos mamíferos murió en los primeros diez días posteriores al desastre”, indicó Delpha en su canal de Telegram.
Los cetáceos, que incluyen especies como ballenas, delfines y marsopas, son particularmente vulnerables a este tipo de contaminación, ya que el contacto con el petróleo afecta su piel, sistema respiratorio y capacidad de comunicación.
Esfuerzos de limpieza: una carrera contra el tiempo
El Ministerio ruso de Emergencias informó que más de 68 kilómetros de costa han sido limpiados desde que comenzó la operación, en la que participan cientos de voluntarios junto con las autoridades locales. Sin embargo, las condiciones climáticas adversas, incluyendo fuertes vientos y oleaje, han dificultado las tareas al arrastrar el petróleo hacia las playas.
La limpieza de este tipo de combustible pesado es particularmente desafiante debido a su densidad, lo que requiere métodos especializados y prolonga el tiempo necesario para mitigar el daño ambiental.