Fin a la carne de perro: Corea del Sur lanza un ambicioso plan para cerrar la industria
El Gobierno de Corea del Sur ha decidido dar un paso significativo hacia la erradicación del consumo de carne de perro, invirtiendo 109,500 millones de wones (aproximadamente 82 millones de dólares) para cerrar cerca de 6,000 establecimientos dedicados a la cría y venta de esta carne. Este ambicioso plan busca garantizar que, para el año 2027, la industria de la carne de perro quede completamente prohibida en el país.
El anuncio fue realizado el 26 de septiembre por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Asuntos Rurales. Esta iniciativa no solo implica el cierre de negocios, sino también la transformación de los mismos hacia otras actividades económicas. La ley que respalda este plan fue aprobada en enero de este año, y estipula que todos los establecimientos involucrados en la cría y comercialización de carne de perro, como granjas, restaurantes y matarifes, deberán cesar sus operaciones antes de febrero de 2027.
La financiación del proyecto será compartida, con un 50% proveniente de las autoridades locales y el otro 50% del gobierno central. De la inversión total, se destinarán aproximadamente 56,200 millones de wones (42 millones de dólares) a ayudas directas para los propietarios de estos negocios, mientras que 30,500 millones de wones (22 millones de dólares) se utilizarán para compensar el valor residual de las instalaciones.
Para facilitar esta transición, el gobierno ha propuesto indemnizaciones que oscilan entre 225,000 wones (170 dólares) y 600,000 wones (450 dólares) por cada perro al momento del cierre. Además, se implementarán medidas de apoyo para garantizar la adopción de perros que queden desamparados tras el cierre de las granjas, de acuerdo con la actual Ley de Protección Animal.
El consumo de carne de perro ha ido en declive en Corea del Sur en las últimas décadas, coincidiendo con el aumento en el número de hogares que consideran a los perros como mascotas. Encuestas recientes revelan que una gran parte de la población surcoreana no ha probado esta carne y no tiene intención de hacerlo.
Asimismo, en la última década, el gobierno, junto a diversas organizaciones, ha clausurado numerosos mercados y granjas dedicados a esta práctica, contribuyendo a la transformación del panorama gastronómico del país.
Con este nuevo plan, Corea del Sur se alinea con una tendencia creciente hacia el bienestar animal y la adopción de prácticas alimentarias más éticas, marcando el fin de una tradición que ha disminuido considerablemente en popularidad.