España reconoce la ecosexualidad como un género
Empezó como un movimiento artístico y luego se trasformó en una corriente sexual. Un manifiesto escrito en 2010 explica que las personas ecosexuales “hacen el amor con la Tierra (…) abrazan sin pudor árboles y masajean la tierra con los pies”.
En 2008, la ecosexualidad inició como una corriente artística que trataba de ensalzar y venerar al planeta Tierra como deidad de la fertilidad. En los últimos días, se ha convertido en un movimiento activista ecológico y en una forma distinta de orientación sexual, que cuenta cada vez con más seguidores en el mundo.
Los artistas estadounidenses Elizabeth Stephens y Annie Sprinkle del grupo Pony Express acuñaron el término “ecosexual” hace ocho años atrás; sin embargo, en 2010 redactaron el llamado Manifiesto ecosexual en el que se explica quiénes son los ecosexuales y sus propósitos.
En España, por ejemplo, el movimiento inició en 2008 como una corriente artística y, desde entonces, se ha venido transformando hacia una forma sexual. Dicho grupo ha calado tanto en ese país que ha sido nombrado como nuevo género de manera oficial, reseña el portal Primicia.
“Hacemos el amor con la Tierra. Somos acuófilos, terrófilos, pirófilos y aerófilos. Abrazamos sin pudor los árboles, masajeamos la tierra con nuestros pies, hablamos eróticamente con las plantas”, señala uno de los puntos del manifiesto, que explica también su ideología naturista y ecologista. “Hacemos el amor con la Tierra a través de nuestros sentidos, celebramos nuestro punto-E. Somos muy guarros”, se lee en el manifiesto que explica la ideología sexual y naturista de los que se consideran sexualmente activos con la ecología.
Los autores del Manifiesto ecosexual sostienen que uno de sus pilares es el nudismo como vía apropiada para entrar en contacto con la naturaleza y recalcan que con su espectáculo buscan también “romper las barreras entre especies”.
“A fin de crear una relación más mutualista y sostenible con la Tierra, colaboramos con la naturaleza”, afirman. Además, subrayan que la ecosexualidad es una identidad y un compromiso para con la Tierra, a la que pretenden “amar, honrar y cuidar hasta la muerte”.