¿Error o mensaje oculto? La foto del Papa Francisco en camiseta que desató un escándalo en el Vaticano
Una imagen de Jorge Mario Bergoglio en camiseta y con bigotera en la basílica de San Pedro indignó a los católicos más conservadores y hubo fuertes críticas a su entorno.
A pocos días de su fallecimiento, una imagen del papa Francisco sin su tradicional vestimenta papal causó un revuelo inesperado dentro y fuera del Vaticano. En la fotografía, Jorge Mario Bergoglio aparece en camiseta, con una manta sobre los hombros y sin sotana, paseando en silla de ruedas por la Basílica de San Pedro. La imagen no tardó en viralizarse y desató una ola de críticas por parte de los sectores más conservadores de la Iglesia.
Este episodio ocurrió tan solo una semana antes de su muerte, y aunque para muchos fue una simple manifestación de cercanía y naturalidad por parte del pontífice, para otros fue visto como una transgresión que “desacralizaba” el papado. La controversia se sumó a las tensiones ya existentes entre el estilo pastoral de Francisco y el tradicionalismo que todavía persiste en muchos rincones de la Iglesia Católica.
Un gesto que dice más que mil palabras
Según explicaron fuentes del Vaticano, el Papa estaba dando un paseo por la residencia Santa Marta cuando, espontáneamente, pidió visitar la Basílica de San Pedro para rezar ante la tumba de San Pío X. Fue llevado por su enfermero personal en silla de ruedas, sin pasar antes por su habitación a colocarse la sotana blanca, algo que encendió la polémica.
El director de prensa del Vaticano, Matteo Bruni, confirmó que la visita fue improvisada y no planificada, razón por la cual el pontífice no portaba su habitual atuendo. Sin embargo, al no haber fotógrafos oficiales presentes y al viralizarse imágenes tomadas por turistas, muchos se preguntaron si el gesto no tuvo también un trasfondo simbólico.
Una historia de estilo propio
Desde el inicio de su papado en 2013, Francisco se caracterizó por romper esquemas. Optó por vivir en la humilde residencia de Santa Marta en lugar del lujoso Palacio Apostólico, renunció al uso de autos ostentosos, rechazó la tiara papal y cambió los zapatos rojos por calzado ortopédico. Para él, la cercanía con la gente y la sencillez eran formas de predicar con el ejemplo.
En entrevistas pasadas, incluso había dicho que se negaba a usar los pantalones blancos del vestuario papal porque se sentía “en pijamas”. Además, afirmaba que no acariciaba niños por marketing, sino porque “le nacía del corazón”.
¿Mensaje final o intento de manipulación?
La imagen en camiseta fue interpretada por algunos como una reafirmación de su visión pastoral: más centrada en la espiritualidad que en las formas. Otros, en cambio, plantearon una teoría más preocupante: que el Papa fue expuesto deliberadamente en un momento de vulnerabilidad, sin su consentimiento total, para proyectar la imagen de un líder debilitado y fuera de control.
Lo cierto es que la visita no fue cubierta por los medios oficiales del Vaticano, lo que da pie a más de una interpretación. Pero quienes conocieron a Francisco saben que sus acciones, muchas veces, decían más que sus discursos. Y este acto, aparentemente sencillo, bien podría ser recordado como su último gesto de autenticidad, antes de despedirse del mundo.