Encerró a su hijo en el baúl del carro para llevarlo a la prueba de COVID: no se quería contagiar
La insólita explicación se las dio a los encargados de hacer los tests. Fue judicializada.
Una profesora que encerró a su hijo de 13 años en el baúl de su carro para llevarlo a hacerse una prueba de COVID-19 fue judicializada, pero recibió el lunes el apoyo de sus estudiantes.
El lunes 3 de enero, Sarah Beam condujo su vehículo hasta el estadio Pridgeon de Houston, en Texas, Estados Unidos, en donde se hacen pruebas de coronavirus a los automovilistas.
Una vez en el lugar, explicó al responsable del sitio que iba a hacerle una prueba a su hijo, quien había sido anteriormente positivo al COVID-19, pero que lo dejó en el baúl del carro para no contagiarse.
Una empleada del sitio pidió ver al adolescente e indicó que ninguna prueba de COVID sería efectuada mientras no se encontrara sentado en el asiento trasero del vehículo. Luego, la policía, advertida por la empleada gracias a cámaras de vigilancia, arrestó el sábado siguiente a la profesora por presuntamente poner en peligro al niño.
Beam fue liberada el domingo tras pagar una fianza de 1.500 dólares.
Este lunes, 10 de enero, algunos exalumnos se manifestaron a favor de la profesora, colgando consignas alrededor de su casa.
Es «una verdadera heroína sin capa», decía uno de los letreros, «una profesora increíble, una madre amorosa, una mujer inspiradora».
En otras pancartas de cartón colgadas de sus ventanas se podía leer: «La apoyamos», y «no se juzga un libro por la portada».
Esta mujer de poco más de 40 años era hasta hace poco profesora en un liceo de Houston, pero está actualmente de «baja administrativa».
Las autoridades judiciales no precisaron cuando comparecerá.