En plena pandemia volvieron las noches de Boxeo en Nicaragua
El espectáculo en Nicaragua fue promovido por el gobierno de Daniel Ortega, que no cumple con las recomendaciones de la OMS.
La polémica velada de boxeo pautada para este sábado en Nicaragua, en plena pandemia del coronavirus, se llevó a cabo tal como estaba planificada.
Se vieron barbijos, guantes de látex, alfombras desinfectantes y, sobre todo, 16 boxeadores sobre el ring. Pero en las tribunas hubo escaso público. Lo que abundó fueron las críticas contra el régimen de Daniel Ortega, a quien acusaron por promocionar el espectáculo, que contó con entradas libres y gratuitas.
El combate principal fue un triunfo para Robin Zamora, que se impuso en fallo unánime ante Ramiro Blanco después de ocho rounds, por la categoría ligero. Pero el espectáculo llamó la atención más por la controversia de realizarse en medio de la pandemia que por la calidad de los participantes.
Las medidas sanitarias se tomaron antes y durante el evento, en el que se guardó un minuto de silencio por las víctimas de COVID-19 en el mundo.
Casi todos los boxeadores desfilaron desde los vestuarios hacia el cuadrilátero con mascarillas en sus rostros, y solamente se las sacaron cuando iniciaban los combates, algo inédito en el boxeo internacional.
Los cubrebocas también fueron utilizados en todo momento por los asistentes de los púgiles, quienes además cubrieron sus manos con guantes de látex. Además, los usaron la mayoría de los árbitros y el presentador.
Entre los espectadores también hubo recaudos para evitar contagios. Cada persona que ingresó al Polideportivo Alexis Argüello, en Managua, lo hizo con mascarilla. Además, debió desinfectar las suelas de sus zapatillas en una alfombra con cloro, así como tuvo que aplicarse alcohol en sus manos.
Hubo rechazados: las personas que registraron temperaturas corporales sobre los 37 grados no pudieron acudir al espectáculo.
En las tribunas, el público debió mantener el distanciamiento social de al menos un metro y medio, incluso en las butacas, tal como había anunciado el promotor de la velada, el exbicampeón mundial de boxeo Rosendo Álvarez.
Estas medidas contradijeron la política de no restricciones ni prevención ante la pandemia, establecida por el presidente Daniel Ortega, cuyo Gobierno garantizó que la velada fuera transmitida a nivel internacional.
La escasa asistencia no pudo apreciarse en la transmisión televisiva, que contó con llegada continental gracias a la difusión del estatal Canal 6 de Nicaragua y de la cadena estadounidense ESPN Latinoamérica.