¿Cuál es el origen de la Luna? La respuesta puede hallarse bajo un continente
Una investigación revela que restos de Theia, el antiguo planeta involucrado en la formación de la Luna, permanecen ocultos bajo la superficie terrestre.
Hace 4.500 millones de años, cuando la Luna aún no existía, una colisión entre la Tierra en su etapa primitiva y un planeta del tamaño de Marte, denominado Theia, ocasionó la expulsión de escombros que dieron forma al satélite terrestre. Así lo señala un amplio consenso científico, pero esa no es toda la historia, según una investigación de los últimos años.
La Luna ha sido extensamente estudiada durante décadas, ya sea mediante misiones tripuladas y no tripuladas, observaciones desde la Tierra, así como investigaciones científicas a partir de los datos recopilados. Sin embargo, la explicación acerca de su origen ha continuado siendo objeto de análisis.
En un estudio publicado en la revista Nature, elaborado por un equipo internacional de investigadores, se revela que grandes pedazos de Theia permanecen ocultos bajo la superficie terrestre y que podrían ser rastreados con instrumentos científicos.
Un pedazo de Luna bajo un continente
Los expertos afirman que existen reliquias enterradas del material del manto de Theia en las grandes provincias de baja velocidad (LLVP), ubicadas en el manto más inferior de la Tierra. Estas son áreas misteriosas donde las ondas sísmicas se mueven más lentamente en comparación con otras partes y que fueron detectadas bajo técnicas sísmicas.
A partir de simulaciones, se concluyó que dos fragmentos del tamaño de un continente se encuentran entre el núcleo y el manto terrestre, bajo 2.900 kilómetros de profundidad. Uno de ellos está debajo de África y el otro bajo el océano Pacífico.
¿Cómo se sabe que los trozos encontrados son de Theia?
“Nuestros modelos de convección del manto muestran que densas manchas TMM (material de Theia) con un tamaño de decenas de kilómetros después del impacto pueden luego hundirse y acumularse en pilas termoquímicas similares a LLVP sobre el núcleo de la Tierra y sobrevivir hasta el día de hoy”, se describe en el documento.
Antes del estudio, se pensaba que aquellas zonas anómalas podían ser restos de losas tectónicas o del magma original de la Tierra. Pero, con la nueva simulación, se afirma que pueden ser producto de la colisión con Theia.
Por otro lado, la confirmación de que los restos de la Luna comparten las mismas composiciones químicas que los restos de Theia implica un análisis exhaustivo de las muestras lunares recopiladas durante las misiones Apollo y otras misiones espaciales. Los científicos emplean diversas técnicas, incluyendo espectroscopia y estudios de isótopos.