Carta firmada por 60 científicos advierte de peligrosos planes para bloquear el Sol
Según los expertos, los controversiales proyectos que buscan ‘enfriar’ el planeta repeliendo la luz solar deberían prohibirse.
El calentamiento global se perfila como un destino inevitable al ritmo de emisión de dióxido de carbono (CO2) en el mundo. Una de las medidas que pretende revertir ese catastrófico escenario —aunque con muchas críticas en contra— es la geoingeniería solar, que consiste en tecnologías que reflejen la luz emitida por el Sol hacia el espacio. De ese modo, la tierra se podría enfriar temporalmente.
Sin embargo, el pasado lunes 17 de enero, 60 científicos firmaron una carta pública argumentando que cualquier iniciativa de ese tipo debería ser totalmente prohibida por los gobiernos. El motivo se debe a que dichas tecnologías de escala planetaria generarían a largo plazo más perjuicios que beneficios.
Según la misiva, incluso un método como la modificación de la radiación solar (SRM, por sus siglas en inglés) representaría un gran peligro. Esta iniciativa propone inyectar millones de partículas de azufre en la atmósfera para enfriar el planeta, así como sucedió durante un año tras la erupción del volcán Pinatuvo (Filipinas) en 1991.
Algunas organizaciones han instado a gobiernos como Estados Unidos y Canadá que desarrollen tecnologías de geoingeniería como una ‘forma de ganar tiempo’ ante el cambio climático hasta esperar una solución más duradera. Sin embargo, la comunidad de expertos que firma la carta asegura que persisten tres grandes preocupaciones que hacen inviables estos tipos de proyectos.
Consecuencias de la geoingeniería solar
“En primer lugar, los riesgos de la geoingeniería solar no se comprenden bien y nunca se pueden conocer por completo. Los impactos variarán según las regiones, y existen incertidumbres sobre los efectos en los patrones climáticos, la agricultura y la provisión de las necesidades básicas de alimentos y agua”, señala la carta.
Por ejemplo, detallan los científicos, podría interrumpir fenómenos elementales para los cultivos como las lluvias monzónicas en el sur de Asia y el oeste de África. De ese modo, miles de familias agricultoras podrían verse afectadas en su economía y salud.
Por otro lado, también temen que la extremada confianza en estos proyectos pueda ocasionar que los gobiernos dejen de lado sus compromisos por la pronta reducción de emisión de carbono (principalmente CO2). Aunque las naciones han jurado limitar el aumento de temperatura en 1,5 grados hasta el 2050, diversos estudios que han sido respaldados por la ONU sugieren que ese umbral será superado en un década.
Además, como señaló recientemente el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) “si un proyecto de SRM fuera cancelado después por cualquier motivo, es muy seguro que las temperaturas de la superficie aumentarían rápidamente”,
En último lugar, los científicos sostienen que hasta la fecha no existe ningún organismo global capaz de implementar dichos planes de geoingeniería solar, pero tampoco jurisdicción que impida su marcha. Por ese motivo, instan a los países a que acuerden no apoyar con financiación pública ni derechos de patentes a proyectos de tal naturaleza.
“El despliegue de la geoingeniería solar no puede controlarse globalmente de manera justa, inclusiva y efectiva. Por lo tanto, hacemos un llamamiento a la acción política inmediata de los gobiernos, las Naciones Unidas y otros actores para evitar la normalización de la geoingeniería solar como una opción de política climática”, concluyeron los científicos.