Venezuela: ¿Cómo era cuando era un país rico y le decían el «millonario de América»?
Venezuela fue hasta hace unas décadas una de las naciones sudamericanas más rica yopulentas de la época, un país que gozaba de un clima tropical similar a los países más hermosos del Caribe.
Sus altos y modernos edificios acompañados de extensas carreteras pregonaban al mundo que el consumidor N° 1 de whisky en el mundo, gozaba de una estabilidad económica e inflacionaria envidiada por sus vecinos latinoamericanos.
Según la BBC, la llamaban «la Venezuela Saudita» o «el millonario de América» entre los años 50 y 80.
Las imágenes de aquellos días han sido olvidadas y hoy el país llanero hundido en la pobreza y escasez ostenta una crítica hiperinflación de 1.350.000% al cierre del 2018 y que según estimaciones el Fondo Monetario Internacional llegará a 10.000.000% en el 2019.
Los elevados precios en el país, que se encuentra desde hace cinco años en un estado de recesión, ha escalado el costo de vida en el último año a 702.521% desde el pasado 1 de enero, provocando una ola de inmigración en la región jamás vista antes.
«Éramos ricos y no lo sabíamos» o «está barato y dame dos», son algunos de los dichos que se recuerdan de la época y que hacen referencia al gran poder adquisitivo que los venezolanos gozaban, señala BBC.
En el mundo la cifra de venezolanos inmigrantes alcanzó los tres millones, según cálculos hechos por la ACNUR y la OIM al 2018. Colombia, Perú y Ecuador, son los países que registran el mayor número de refugiados e inmigrantes venezolanos, superando el millón de personas en el país colocho, según los dos organismo de la ONU.
¿QUÉ TAN RICA FUE REALMENTE?
Siendo uno de los principales productores de petróleo del mundo desde los años 30, y tras largas décadas de conflictos políticos, entre 1959 y 1983, la tasa de desempleo se mantuvo a un máximo de 10%, alcanzando un mínimo de 5,3% en el último gobierno, según la consultora ODH.
La economía crecía a un promedio anual de 4,3% y los precios no subieron como en Argentina o Perú, azotados por la inflación.
Así era uno de los antiguos billetes de Venezuela. (Fuente:Tucucu)
La estabilidad de la moneda local—el bolívar— era estable y permitía a los venezolanos viajar constantemente al extranjero, casi siempre a Miami, para disfrutar de las últimas tendencias del consumo global.
En los años 50, el poder adquisitivo más alto por país en relación al dólar, era el de los venezolanos (0,78), superando con ventaja a Argentina (0,50), o Chile (0,40), según cifras del OCDE Development Centre. Este auge prosiguió durante cinco décadas más en el que el poder adquisitivo de los venezonalos estuvo muy por encima de los latinoamericanos en general.
Aunque el país fue golpeado por más de una dictadura, la herencia que recibieron los gobiernos democráticos estuvo representada principalmente por la infraestructura: altos edificios, una autopista que conecta la capital con la costa del Caribe o el Helicoide, considerado como una joya arquitectónica para el mundo de entonces.
Helicoide 1956, moderno edificio en la capital de Venezuela, Caracas. (Fuente: Caracas450)
Pero Venezuela sufría por aquello que le daba vida, el petróleo. Su cruz fue siempre depender de los precios internacionales del petróleo y cuando por conflictos mundiales se disparó el precio del crudo, el presidente Carlos Andrés Pérez, decidió nacionalizar la industria de los hidrocarburos.
Aunque los años venideros estuvieron marcados por el progreso en temas como la infraestructura o cultura, Venezuela tenía conflictos sociales sin resolver como la educación que no fue inclusiva. Apenas la economía entró en crisis en el 83, la pobreza se disparó y la corrupción salió a flote.
Tras el golpe de estado liderado por Chávez en 1992, en 1999 este fue escogido como presidente de la nación. Otras vez, tras un corto periodo de gran opulencia por los elevados precios del crudo, tras la caída de estos, Venezuela ya no pudo volver a recuperarse. Como caminar en un círculo, el país llanero vuelve a tropezar con la misma piedra de la corrupción y los precios internacionales del crudo que han marcado desde siempre su historia, ¿podrá algún día liberar a su economía de su dependencia del crudo?.