Rechazo en Turquía por proyecto para sacrificar perros callejeros: «Es una ley asesina»
Miles de personas protestaron en contra de la iniciativa de un partido político, que busca controlar una población de cuatro millones de perros callejeros en todo el país.
Miles de personas se congregaron el domingo 2 de junio de 2024 en Estambul, Turquía, para protestar contra un polémico proyecto de ley que contempla el sacrificio de perros callejeros como medida para controlar su población. Bajo consignas como «!No se queden callados, digan no a la masacre!», los manifestantes expresaron su rechazo en la plaza Yenikapi, en la parte europea de la ciudad.
El proyecto de ley propuesto por el Partido AKP, actualmente en elaboración, plantea capturar, esterilizar y marcar con un chip a los perros callejeros. Si no son adoptados en un plazo de 30 días, serían sometidos a eutanasia. Sin embargo, muchos opositores consideran que esta no es una solución adecuada y abogan por campañas de esterilización más efectivas.
Para Sule Giritlioglu, una ingeniera de 27 años, esta legislación es «asesina» y teme que los gatos sean los próximos afectados. Además, la falta de medios para abordar el problema de manera más humanitaria es objeto de crítica por parte de los manifestantes.
El presidente Erdogan ha reconocido la existencia del problema de los perros callejeros en Turquía y ha instado a adoptar medidas más radicales para abordarlo, citando el aumento de casos de rabia en el país. Sin embargo, algunos ciudadanos como Mert Tuncel, quien ayuda a animales maltratados a través de donativos en su página de Instagram, sienten que falta justicia en estos casos.
A pesar de la importancia de los perros y gatos callejeros en la vida cotidiana de los turcos, la falta de refugios y la implementación insuficiente de la legislación vigente han generado preocupación. Según la Federación de Derechos de los Animales, la mayoría de los municipios turcos carecen de refugios para estos animales.
Aunque se han registrado casos de ataques de perros en los últimos años, algunos ciudadanos como Emre Onuk consideran que se trata de una estrategia de «mala propaganda» para desviar la atención del verdadero problema: la falta de financiamiento adecuado para abordar la situación de manera integral.