PETA solicita liberación de tiburón, que es utilizado como atracción turística en Cancún
En los últimos cien años y, especialmente, en las pasadas décadas, se ha intensificado un cambio social y cultural en este sentido, y quienes sostienen que los animales tienen sentimientos e inteligencia, que merecen respeto y protección, que su abuso y maltrato no pueden ser tolerados, somos ya un clamor, y no unos pocos grupos aislados en partidos ecologistas minoritarios.
Pero, pese a los evidentes avances, cada día conocemos casos que nos hacen darnos cuenta de que en este camino también queda mucho por recorrer.
A veces el maltrato no sólo se realiza de forma pública, sino que incluso se constituye en una acción de marketing enfocada al público familiar.
Es posible que muchas de las personas que lo practican, ni siquiera sean conscientes de la explotación y el dolor que están causando.
Por eso, en estos tiempos de redes sociales y comunicación audiovisual, es interesante registrar y difundir cuando nos vemos ante situaciones como la del Restaurante Playa Tiburón de la Isla Mujeres, en México, en el que la visibilidad y las propinas se consiguen por medio de la tortura de un escualo.
En una pequeña piscina de apenas dos metros cuadrados, el restaurante mantiene a un tiburón nodriza vivo, al que sacan del agua para que los turistas y clientes se hagan fotos y selfies, asfixiando al animal en el proceso, varias veces en cada servicio, día tras día. Una auténtica aberración y un ejercicio de crueldad que no ha pasado desapercibido.
Así, varios usuarios de la plataforma TripAdvisor han denunciado la situación. Uno de ellos relata : «El tour a Isla mujeres es genial, la Isla es mágicamente linda. Jamás regresare a un tour donde tienen encerrado un tiburón gata.
No lo puedo creer (…) todavía hay gente tan insensible da tener encerrado un tiburón y que también muchos turistas se emocionen por una actividad tan cruel. Mi sugerencia es que compren una excursión que no tenga esta actividad incluida y que no dejen dinero ni propina a las personas que interactuan con el tiburon« .
Gracias a estos testimonios, organizaciones de defensa de los derechos de los animales como PETA Latino también han intervenido emitiendo un comunicado en el que se alerta de que esta táctica para ganar clientes supone «condenar al tiburón a vivir en un minúsculo espacio para la frivolidad de nuestro entretenimiento y distracción. Encarcelar a un animal silvestre sensible en un espacio diminuto tan solo una fracción de lo que sería su hábitat natural «.