Papa Francisco reclama uso justo de los recursos naturales para «el bienestar de todos»
El pontífice argentino de 87 años está inmerso en una gira de 12 días por el sudeste asiático y Oceanía, la más larga y remota de su papado, para promover el diálogo interreligioso y llevar su mensaje a las «periferias».
El Papa Francisco, durante su visita a Papúa Nueva Guinea, hizo un llamado el sábado para que los recursos naturales del país se gestionen de manera justa, con el fin de mejorar el bienestar de toda su población. A pesar de que esta nación oceánica, situada al norte de Australia, es rica en minerales como oro, cobre y níquel, y cuenta con reservas de gas natural y madera, una gran parte de su población sigue viviendo en la pobreza, sin acceso a servicios básicos como la electricidad.
Un llamado a la justicia y el desarrollo equitativo
En un discurso pronunciado en la capital, Port Moresby, el Papa destacó que los abundantes recursos del país no han generado beneficios reales para su población. Según el pontífice, estos bienes naturales son un don destinado a todos, y su explotación debe orientarse hacia un desarrollo sostenible y justo. «Es esencial que los recursos sean gestionados para el beneficio de toda la colectividad, promoviendo un desarrollo que mejore la calidad de vida de los habitantes», señaló el Papa Francisco.
Con un 25% de la población viviendo bajo el umbral de la pobreza y solo el 10% de los hogares con acceso a electricidad, el mensaje del Papa cobra especial relevancia. Las palabras del pontífice fueron dirigidas a una audiencia compuesta por líderes políticos, diplomáticos y empresarios, a quienes pidió que tomen en cuenta las necesidades de la población local en la distribución de los ingresos y en la creación de empleo.
Desigualdad a pesar de la riqueza
Papúa Nueva Guinea, a pesar de su riqueza en recursos naturales, sigue siendo uno de los países más empobrecidos del Pacífico. Un reciente informe del Banco Mundial reveló que, aunque el producto interno bruto per cápita del país creció un 30% entre 2009 y 2018, la pobreza no mostró mejoras significativas. De hecho, el porcentaje de personas que subsisten con menos de dos dólares al día apenas cambió en ese período.
El Papa también abordó el tema de la inversión extranjera, reconociendo que es posible que se requiera la participación de grandes empresas internacionales para la explotación de estos recursos. Sin embargo, insistió en que «es fundamental garantizar que los beneficios lleguen a las comunidades locales y que las condiciones de vida mejoren de manera tangible».
Un país marcado por la violencia tribal
Además de la pobreza, Papúa Nueva Guinea enfrenta un problema persistente de violencia tribal, que ha afectado gravemente a su población. El Papa Francisco hizo un llamamiento urgente para que se ponga fin a las agresiones entre tribus, instando a las autoridades y a la población a detener la espiral de violencia que ha dejado a más de 100.000 personas desplazadas, según estimaciones de la ONU.
«Es hora de detener las agresiones y promover la paz», expresó Francisco, en un mensaje que resuena más allá de las fronteras del país, especialmente en regiones afectadas por conflictos similares.
Una gira extensa por el sudeste asiático y Oceanía
La visita a Papúa Nueva Guinea es parte de una extensa gira de 12 días por el sudeste asiático y Oceanía, la más larga que ha realizado el pontífice argentino de 87 años. Tras una parada en Indonesia, el Papa llegó a Port Moresby, donde ha continuado promoviendo el diálogo interreligioso y el respeto por las culturas locales. Durante su recorrido, también ha enfatizado la importancia de la paz y la justicia social en zonas afectadas por la pobreza y la violencia.
El domingo, el Papa tiene previsto viajar a una remota región del noroeste del país para visitar a una pequeña comunidad de misioneros argentinos. Luego, continuará su gira por Timor Oriental, antes de concluir en Singapur el 13 de septiembre.
Un mensaje de esperanza y responsabilidad
El mensaje del Papa Francisco en Papúa Nueva Guinea es claro: la riqueza de un país debe ser aprovechada de manera justa y equitativa, con el objetivo de mejorar la vida de todos sus habitantes. El pontífice también instó a la paz, condenando la violencia tribal que ha causado tanto sufrimiento a la población. Su visita a este país subraya la importancia de abordar no solo las necesidades materiales, sino también los problemas sociales que impiden el progreso y la paz en la región.