Padres de Julen ya habían perdido un niño hace solo dos años
Julen, el pequeño de dos años que cayó el 13 de enero a un estrecho y profundo pozo de Tolatán, Málaga, en España, fue hallado muerto tras una ardua operación de rescate en la que colaboraron distintos grupos de especialistas.
La tarea para la localización de Julen contó con más de 300 efectivos de la Guardia Civil, equipo de bomberos y operarios de empresas especializadas.
Julen cayó a un pozo de 25 centímetros de diámetro y más de 100 metros de profundidad en la zona conocida como Dolmen del Cerro de la Corona, en Málaga.
El padre de Julén, un hombre dedicado al negocios de las ferias está desempleado, pero no perdió la esperanza en ningún momento. Él y su esposa estaban seguros de que el »ángel» que tienen los ayudaría.
En el 2017, los padres de Julen perdieron a su hijo Oliver cuando tenía tres años por un ataque un infarto.
La familia salió a dar un paseo por la playa, que queda a pocos metros de la casa. Julen tenía pocos meses cuando su hermano mayor, Oliver, quiso tomar un helado y jugar antes de que un ataque al corazón acabó con su vida.
Tras lo ocurrido con la pérdido de un hijo, la caída de Julen al pozo ha sido »un infierno», según contó la abuela materna, quien vive en el mismo vecindario.
El sucedo ha conmocionado a toda España y tras la confirmación de su fallecimiento, se ha activado una comisión judicial para determinar las causas de la muerte.