Opositora venezolana Machado llama a petroleras a desvincularse de régimen «criminal»
Las manifestaciones poselectorales dejaron 27 muertos -dos de ellos militares- y más de 2.400 detenidos.
María Corina Machado, figura clave de la oposición venezolana, lanzó un mensaje directo a las transnacionales petroleras, instándolas a cesar sus operaciones en Venezuela mientras persista el actual gobierno, al que calificó de «corrupto y criminal». La petición de Machado se dio durante un panel organizado por el Georgetown Americas Institute, en Washington, donde expresó su preocupación por la relación de estas compañías con la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
Aunque la industria petrolera de Venezuela ha estado sujeta a sanciones desde 2019, varias empresas extranjeras han continuado operando bajo licencias otorgadas por el gobierno de Estados Unidos. Entre estas compañías se encuentran la estadounidense Chevron, la española Repsol y la francesa Maurel & Prom. Para Machado, estas empresas «deben reconocer que están asociadas con la empresa más corrupta del sector energético en el mundo», haciendo referencia a las acusaciones de lavado de dinero y narcotráfico que pesan sobre PDVSA.
La líder opositora, en conexión remota desde la clandestinidad, fue crítica con la falta de transparencia en los acuerdos entre las transnacionales y el gobierno venezolano: «Nadie conoce la naturaleza de los contratos que se han firmado, lo que viola nuestra Constitución, nadie sabe cuánto están pagando al régimen, cuánto está obteniendo el gobierno de sus operaciones». Estas declaraciones se produjeron poco después de que el presidente Nicolás Maduro ironizara sobre la situación de Machado, sugiriendo que había huido del país.
Machado enfatizó que no es solo una cuestión de que la comunidad internacional comprenda el uso de estos recursos, sino de que los accionistas y los interesados en estas empresas evalúen las implicaciones éticas de mantener operaciones bajo un régimen cuestionado: «Nuestro mensaje para ellas es que los queremos aquí, queremos que inviertan y generen muchos recursos, mucho dinero, mucho empleo para Venezuela, pero no así, no bajo un régimen que es corrupto y criminal y que viola y está violando las leyes de Venezuela».
El contexto de estas declaraciones se enmarca en la crisis política que vive Venezuela tras las elecciones del 28 de julio, en las que el presidente chavista Nicolás Maduro fue declarado vencedor entre acusaciones de fraude. La represión posterior a los comicios ha dejado un saldo de 27 muertos, incluidos dos militares, y más de 2.400 personas detenidas, lo que ha generado llamados a las empresas a reevaluar su presencia en el país.
Machado, desde su situación de clandestinidad, sigue considerando posible una «transición hacia la democracia» en Venezuela, aunque reconoce que el camino es incierto. «Maduro necesita incentivos para negociar (…) y aún no hemos llegado a ese punto», afirmó, haciendo hincapié en que la represión actual representa un peligro no solo para los opositores que permanecen en Venezuela, sino también para quienes han optado por seguir adelante en un ambiente de creciente tensión.
Por su parte, su aliado político y candidato Edmundo González Urrutia ha tenido que exiliarse en España después de ser objeto de una orden de captura, relacionada con acusaciones de fraude electoral. La salida de González y la situación de Machado reflejan la compleja realidad que enfrenta la oposición venezolana en su búsqueda de un cambio político.